Prevost: “No se puede tolerar la violencia, el sicariato y la corrupción”

Realidad. Obispo Robert Prevost también condenó la muerte de la niña Kiara. “Se cometió doble homicidio”, exclamó.,Ysela Vega Chiclayo “La corrupción, el narcotráfico, la avaricia, son problemas graves en la sociedad. Y el sicariato es una falta de respeto a la vida en el afán de tener más dinero. Es una enfermedad espiritual y psicológica”, expresó el obispo de la Diócesis de Chiclayo, monseñor Robert Prevost Martínez, quien remarcó que en la región Lambayeque falta mucho por hacer en temas de salud, educación y obras. “Todas las autoridades deben poner de su parte por el bien común y no buscar la riqueza personal o favorecer a un grupo. Deben tomar acciones y poner en marcha proyectos”, señaló. Líneas seguidas, enfatizó que la corrupción es un mal, tal como sucedió con la empresa Odebrecht, la cual también invirtió en Lambayeque. “No tengo detalles del caso, pero ellos mismos han reconocido que en el Perú pagaron 29 millones de dólares. Eso es gravísimo. A veces las personas no son coherentes, piensan que si van a la Cruz de Motupe, o piden una bendición o caminan con el Señor de los Milagros, después pueden hacer lo que quieren. Ser católico es vivir de forma coherente, rechazando sobornos, mentiras, sin cometer abuso de poder y violencia contra la mujer y los niños”, recalcó. La autoridad eclesiástica enfatizó que falta una conversión profunda. “El dinero es una cosa material, que puede servir para el bien o para el mal. La avaricia es una de las tentaciones más fuertes”, aseveró y rechazó el narcotráfico, pues dijo que degrada a la sociedad. “No se puede tolerar la violencia, la corrupción, el abuso. En el caso de la niña Kiara se cometió un doble homicidio, es uno de muchísimos que no son denunciados. Éste se conoció porqué murió la menor. ¿Quién hace algo por este hecho?”, se preguntó. claves Prevost deseó un Feliz Año Nuevo a los lambayecanos, a quienes pidió una conversión de vida, promover la paz, el diálogo, los valores y fortalecer a la familia. Mientras a las autoridades, a mejorar los sistemas de educación y salud para el bienestar de todos.