Cuatro temas poco abordados

Juan de la Puente Analista político La campaña electoral prometía en contenidos, especialmente en tres temas que aparecían como los más cruciales del próximo quinquenio: seguridad, crecimiento y anticorrupción. En los tres, como en otros, se registraron, no obstante, problemas aparentemente imprevistos. Los equipos encargados de elaborar los planes de gobierno fueron instalados con retraso, de manera que la entrega de dichos planes al JNE cuando se inscribieron los candidatos presidenciales fue en la mayoría de casos el cumplimiento de una formalidad, lo que se confirma al revisar las propuestas. Los candidatos han innovado esos planes. Para ser más precisos, los han abandonado. Repiten de ellos algunas cifras macro como la rebaja de impuestos y el porcentaje de PBI que debe crecer nuestra economía. En cambio, en las giras se limitan a ofrecer las obras de envergadura para la provincia o la región y, lo más importante, se refieren a los asuntos más abordados de la campaña, las tachas y las denuncias de las que ellos son objeto o sus contrincantes. Los candidatos, sin embargo, han establecido una relación con una red de tecnopolíticos que la mayoría de ellos ha importado para la formación de sus equipos de gobierno. Son los que han suministrado las ideas racionales que se han escuchado en la campaña. Los medios, absortos en la parte más sucia de la campaña y realimentándola, han descubierto pocas veces a esa tecnopolítica y cuando lo han hecho, han encontrado solvencia. Es tarde para que en lo que queda de la campaña los candidatos y partidos reorienten su campaña a las ideas. Aun así lo decidieran, no lo lograrían; el molde que ejecutan los medios y los adversarios –y los organismos electorales– operan en realidad como una faja. La segunda vuelta podría ser más rica en contenidos si la campaña no desliza por la discusión sobre la legitimidad de los elegidos. La tríada se ha convertido en un cuarteto: seguridad ciudadana, crecimiento, anticorrupción y reforma política.