Trimestre clave para Palacio

La pareja presidencial se ha reactivado, un poco. Ollanta Humala anuncia que fuera del gobierno se dedicará a reconstruir el Partido Nacionalista. Nadine Heredia ha escalado los ataques a sus enemigos políticos desde Twitter. El mensaje es claro: no están abrumados, ni en fuga, y se piensan defender a partir de julio próximo. Mientras ese momento llega, todavía queda todo un trimestre que gobernar. En la presidencia peruana no es muy fuerte la figura del pato cojo, de modo que les queda disponible tomar todas aquellas medidas que no necesiten pasar por el Congreso que va a funcionar, más bien electoralizado, hasta el 15 de junio. Es importante el anuncio de Humala sobre una charla con sus ministros acerca de un aumento del salario mínimo. Seguramente ha encontrado resistencias en su gabinete, pero si logra superarlas, un aumento sustantivo ciertamente ubicaría a Humala por encima de la pelea. Además le robaría el fuego a los candidatos que vienen ofreciendo ese aumento. Los ataques de Heredia, sobre todo contra Alan García, tienen menos impacto. No es el Presidente de la República, y la naturaleza de las pullas en red las hace poco replicables en los medios. Electoralmente hablando, atacar a García equivale a flagelar un caballo muerto. Lo de ella y García tiene más bien visos de una disputa personal. Pero hay cosas que los Humala no están haciendo. Ahora que ya no tienen candidato, podrían dedicar algo de esfuerzo a difundir logros o golpes de suerte del gobierno. El mensaje presidencial del 28 de julio puede ser demasiado tarde, y después de eso sus altoparlantes van a empezar a sonar mucho menos fuerte. Volviendo a la anunciada reconstrucción del nacionalismo, esto puede ser más fácil decirlo que hacerlo. Nada garantiza que Humala vuelva a tener una ventana de oportunidad como las del 2006 y el 2011. En cierto modo la campaña del 2016 está independizando o terminando de liquidar a quienes fueron sus aliados la vez pasada. En cuanto a las amenazas de investigaciones perpetuas, seguramente ya saben que eso le toca a casi todos los ex presidentes. Pero sin aliados a mano la cosa puede ser mucho más incómoda. Aunque bien llevada una trifulca así puede terminar dando algunos réditos políticos, también puede producir momentos muy desagradables. Si en estos meses que quedan Heredia logra subir el perfil y el nivel de sus ataques, quizás pueda instalarse como una calificada opositora al próximo gobierno. Una condición indispensable para la reconstrucción partidaria que desea hacer su esposo. Aunque no todo nuevo gobierno va a merecer el mismo tipo de oposición. Pero oposición es lo único que van a tener para negociar.