De día vota a, de noche sueña b

La encuesta de Ipsos sobre hacia dónde migrarían los votos en el hipotético caso de que un candidato desapareciera sirve para entender un poco mejor el ánimo electoral de la población. El sondeo revela básicamente dos impulsos: el fuerte atractivo de quienes van adelante, y la importancia de las afinidades electivas entre ciertos candidatos. Sobre el primer impulso, de desaparecer cada uno de los cinco primeros candidatos, entre un quinto y un tercio de sus votos iría a alguien que va primero o segundo. Lo cual configura una suerte de club de ganadores, donde con mínimas excepciones la transferencia imaginaria de los votos se chocolatea entre los principales candidatos. La idea de transferencia imaginaria no es tan etérea como suena, pues apunta hacia la candidatura a la que se dirigirá el votante si llega a decepcionarse de su actual favorito. Como los candidatos punteros son parecidos, el tabique que los separa parece esencialmente frágil, pero a la vez ellos forman un conjunto casi oligopólico. En el plano de la competencia el tipo de aproximación de esta encuesta sugiere que cada candidato tiene sus propios votos más todos aquellos que están en manos de sus rivales. En el caso de Keiko Fujimori esto sería un poquito más de la quinta parte de los votos de César Acuña, Pedro Pablo Kuczynski y Alan García. Más o menos un 7% del total. En el caso de PPK, el porcentaje de votos imaginarios en manos de otras candidaturas es poco más de 10%, formado por casi un tercio de fujimoristas y de guzmanistas que lo consideran second best. En el caso de los otros candidatos importantes las cifras de transferencia de votos imaginarios desde otras candidaturas son deleznables. Luego están las afinidades. Que son algo así como los votoductos secretos entre candidatos, que esta encuesta ayuda a imaginar. Algunas afinidades pueden ser sorprendentes, otras no tanto. Que una opción de reemplazo de Julio Guzmán sea 29% PPK era previsible; que otra sea Verónika Mendoza con 13% sorprende un poco, aunque quizás se explica por la juventud de ambos. Sorprende que la alternativa preferida del fujimorismo sea PPK, y no Alan García; en cambio la alternativa preferida de García sí es Keiko Fujimori. Un caso de amor no muy correspondido. En cambio entre PPK y García el intercambio es más o menos parejo. Alejandro Toledo en cambio no se salvaría así desaparecieran todos los punteros juntos. ¿Significa todo esto que ya se ha cerrado la posibilidad de crecimiento significativo de algún candidato chico? No necesariamente. Después de todo la tarea de los chicos desde el inicio fue meterse al club de los grandes, y eso sigue siendo una tarea y una posibilidad. Todavía podemos llegar a ver uno o dos guzmanes más en la pantalla electoral.