Todos los cuentos de Antón Chéjov

de colección. Páginas de Espuma ha publicado Cuentos completos del autor ruso, en donde incluye inéditos en castellano.,Difunde la leyenda urbana que Chéjov, en la cama mortuoria, pidió una botella de champaña y brindó por la vida y por la muerte con su médico el doctor Schwörer, llamado de urgencia a las dos de la mañana porque sentía que rondaba la muerte. Minutos después, cerró los ojos para siempre. Concluía de esa manera una azarosa vida de penurias, amores, enfermedades, persecuciones, pero sobre todo el ejercicio descomunal y vibrante del escritor profesional –siendo médico de profesión, vivió exclusivamente de las letras– que nos dejó un cúmulo de libros y el virtuosismo magistral de su narrativa breve. “La novia” fue su último relato y corregía el drama El jardín de los cerezos, cuando falleció.En Madrid, después de tres años de trabajo, concluye un hito literario al publicarse todos sus relatos, incluidos casi un centenar de inéditos, con el cuarto tomo de Cuentos completos [1898-1904] (Ed. Páginas de Espuma, 2017, 985 pp.) de Anton Chéjov (Taganrog, Rusia, 1860 - Badenweiler, Alemania, 1904). Esta espléndida versión en nuestra lengua contiene en total 4895 páginas y ha sido preparada por Paul Viejo, novelista, dramaturgo, traductor y crítico, especialista en literatura rusa y ferviente enamorado de la obra del autor de la célebre La dama del perrito, bajo la tutela de Juan Casamayor, director de la casa editora.Paul Viejo manifiesta su gran amor por Chéjov en esta magna edición sumamente cuidada que trae notas, tablas, índices, apéndices y los consabidos prólogos.Los cuentos se presentan con una ordenación estrictamente ceñida a su cronología y en el criterio filológico se ha respetado escrupulosamente la última versión que el autor dio por buena en vida puesto que muchos relatos primero se publicaron en revistas y luego en volúmenes revisados por el propio Chejov.Casamayor dijo, en la presentación del cuarto volumen, que en su visión de conjunto, el escritor va en contra de los consabidos prejuicios de ser apolítico y amigo de la consagración del hado adverso: “Desmiente el tópico del escritor no comprometido con el quehacer de los gobiernos, porque radiografía toda una sociedad con un hombre de acción y demuestra su gran sensibilidad social y política”. La cuarta entrega comprende los relatos de sus últimos seis años de vida, cuando su tuberculosis galopante ya lo tenía muy sumido entre sus garras, pero la calidad no decae, al contrario, parece fortalecerse con relatos inolvidables como “Las grosellas”, “El obispo” “Del amor” y otros igualmente enjundiosos y extensos que destacan en largo apéndice como “En el barranco”, “Tres años” y “Mi vida”.Maestro de la elipsis, de la gran capacidad de crear atmósferas y personajes con soltura y rapidez, dotándolos de sencillez y luminosidad, su prosa está ausente de retórica y de artificios lingüísticos y de contenido, y se convierte en un deleite para el lector. Expurga con gran talento, verdad y dignidad los entresijos del alma humana, con exquisito conocimiento y tratamiento de las mujeres y todas las polaridades del genio masculino. Considerado un clásico, pese a su exuberancia, no es repetitivo, ni en el argumento ni el estilo, llegando a la creación de los monólogos internos –en singular audacia conmueve con el punto de vista de un perrito para asombrarnos con un bello relato– que servirían en el futuro a Joyce, Faulkner y los neorrealistas, es uno de los grandes maestros de todos los tiempos como diría el autor del Ulises.También se debe destacar que sus cuentos, su docena de dramas y textos fueron escritos en apenas veinte años, desde los 24 en que abandonó su carrera de médico y se dedicó a escribir hasta su muerte. ❧