“Si te ganas al cliente en su primera visita, te va a recomendar”

Tengo 35 años y soy el tercero de seis hermanos. A raíz de mi relación de 12 años con mi pareja nacieron mis dos hijas. Hoy tengo cinco locales de cebiche, “Las Barras de Ronald”.,Hace 14 años Ronald Abad, cajamarquino de nacimiento, llegó a Lima para emprender una aventura culinaria. Acompañado de una carretilla, empezó a ofrecer cebiche en una de las esquinas del Centro Comercial Polvos Azules en La Victoria. Hoy, catorce años después, los cinco locales de "Las Barras de Ronald" son el fruto del esfuerzo de este peruano que viene conquistando los paladares limeños. ¿Cuándo llegaste a Lima? En el 2003 llegué a Lima para buscar una mejor calidad de vida porque en Cajamarca no había oportunidades. Aquí en Lima no conocía a nadie, estuve más de un mes y medio sin trabajo. Ya quería regresarme a mi pueblo. De pronto un día, jugando pelota, un amigo me comentó que buscaban un ayudante de cocina en una cebichería y ahí empecé. Trabajé cinco años en ese local mientras estudiaba. Luego lo dejé porque mi pareja salió embarazada. ¿Por qué “Las Barras de Ronald” y no un restaurante convencional? Nace la idea porque los platos salen mucho más rápido en comparación con un restaurante. Además, no tenemos televisión en el local. Es un ambiente en el que el público puede conversar. ¿Cómo nace la idea de tener un negocio propio? Aprendí mucho sobre la preparación de pescados y mariscos en la cebichería donde me inicié; pero yo quería algo propio. Así que empecé con una carretilla en la esquina de José Gálvez con García Naranjo, en La Victoria. Al principio sentí miedo. El serenazgo no dejaba trabajar, botaban a los ambulantes. Yo quería abandonar todo; pero cuando veía a mi pequeña hija Sheccid me daba valor para continuar y seguir vendiendo. ¿Quién te animó a concursar en “Cebiche con sentimiento”? En el 2013 hicieron un concurso donde buscaron a 200 carretilleros de Lima. Tras una selección, quedé entre los ocho elegidos para participar en el reality de gastronomía "Juntos para Transformar", auspiciado por Gastón Acurio y Telefónica. Al principio no acepté participar porque creí que era una estafa, pero luego los mismos productores me animaron. ¿Imaginaste ganar? No. No creía lo que estaba sucediendo. Conforme pasaron los días me di cuenta de la realidad. Gracias a este premio logré poner mi primer local, “Las Barras de Ronald”, en el distrito de Lince. En tres años he logrado cinco locales en Miraflores, Surquillo y San Borja. Entonces, me asocié con unos amigos para crear nuevas barras. ¿Qué consejo les darías a los emprendedores? Uno debe ser perseverante y nunca rendirse. Además, dar un buen producto al cliente porque si te lo ganas en el primer día luego te va a recomendar y va a traer a dos o tres comensales más para la próxima.