La redención de Mel Gibson

Hacksaw Ridge es la historia de un pacifista, en medio de una sangrienta batalla en la Segunda Guerra Mundial. También es la cinta con la que Gibson ha regresado a Hollywood por todo lo alto. En la última semana lo nominaron al Óscar y se convirtió en padre por novena vez.,La redención de Mel Gibson,La redención de Mel Gibson,“Por favor, Señor. Ayúdame a rescatar a un hombre más”. PUEDES VER: Mel Gibson, la estrella de Hollywood que escapó de su propia oscuridad | FOTOS No es el pedido de ningún pastor, sino más bien de un soldado. Un soldado atípico que combatió en uno de los episodios más sangrientos de la Segunda Guerra Mundial con las manos desnudas, sin portar ningún arma. Como miembro de los Adventistas del Séptimo Día, Desmond Doss, que es como se llamaba el cabo estadounidense, se negó a manipular rifles, pistolas y granadas, durante la Batalla de Okinawa, en 1945. Su petición –que luego fue súplica– le valió ofensas, puños y patadas de parte de su mismo pelotón que lo consideraba poco menos que un cobarde. Los 82 días de fuego cruzado produjeron 50 mil víctimas en el bando estadounidense, y 100 mil en el japonés. A nivel militar, claro. En esos ríos de sangre, Doss, convertido en médico, salvó 75 cuerpos resignados a morir. La proeza ocurrió en un acantilado, bautizado luego como Hacksaw Ridge (título de la película que fue estrenada en noviembre en los Estados Unidos). La historia de este héroe hasta entonces anónimo, de fuertes convicciones religiosas, marca la salida de Mel Gibson de la ruina –entiéndase por ruina papeles secundarios y películas de escaso brillo– para ser alumbrado, otra vez, después de diez años, por el glamour de Hollywood, que pensó no gozar nunca más de la brutalidad de su cine. El renacido Hace dos viernes se convirtió en padre por novena vez y el último martes anunciaron su nominación –la segunda en su carrera– como mejor director a los Premios Óscar. Mel Gibson es, por estos días, a los 61 años, un hombre agradecido con la vida. En la última década, en cambio, fue un desdichado, de quien se cuchicheaba. A quien se miraba por debajo del hombro. El alcohol lo tentó desde los 13 años para desdibujarlo de a pocos. En sus primeros años como actor, a finales de los setenta, fue un ingrediente más de su desayuno. Gibson, sin embargo, no daba posibilidades de reproche. Cumplía con las escenas y los horarios. Visitó centros de rehabilitación a inicios de los noventa e incluso destinó fondos. En su época como director, después de su auspicioso debut con El hombre sin rostro (1993) y Corazón valiente (1995), Gibson se aferró a su catolicismo ferviente. Durante las grabaciones de La pasión de Cristo (2004) dijo haber visto 'señales de gracia', tan claras como la luz de un semáforo. “Simplemente te agarra y sabes que tienes que escuchar y seguirlas”. No las siguió en julio de 2006, cuando fue detenido en su auto con varias botellas dentro. “Mi vida ha terminado. Estoy jodido. Robyn me va a dejar”, le dijo al oficial. Efectivamente, en abril de 2009, se separó de Robyn Moore, su esposa durante 28 años. Se presume que la ruptura le costó 500 millones de dólares. El costo de manejar borracho no fue menor: condena a tres años de libertad condicional, licencia restringida por tres meses, asistencia obligatoria a un programa de delincuentes primerizos y la deshonra. Gibson era despreciado, además, por ser antisemita (ebrio, dijo que los judíos eran los culpables de todas las guerras) y homófobo (que les den por el culo, dijo alguna vez). Tiempo después se reunió con líderes judíos para pedirles perdón, entró a un programa para dejar el alcohol, cumplió con rigurosidad los parámetros de su libertad condicional, volvió a enamorarse y a tomarse en serio como director. La consecuencia es Hacksaw Ridge, drama estelarizado por Andrew Garfield, Vince Vaughn, y Sam Worthington, entre otros. “Su sanación está siendo valorada. Ha trabajado mucho en sí mismo. Sea lo que haya ocurrido hace diez años, pasó hace diez años”, comentó Garfield sobre su director. "Una película pensada para detonar las retinas". "Una de las películas de guerra más impresionantes que se hayan hecho nunca". La crítica ha sido tan favorable como los galardones: seis nominaciones al Óscar, entre ellas mejor actor y sí, mejor director. El pedido del cabo Desmond Doss, en medio de la humareda, de salvar a un hombre más fue atendido. Dios eligió a Gibson (R.G).