
El aumento de precios en las residencias universitarias en Texas ha llevado a los estudiantes a replantear sus opciones de alojamiento. La situación se ha vuelto crítica, especialmente en un contexto donde la educación superior ya representa un gasto significativo para muchos.
Desde 2014, la demanda de residencias estudiantiles ha crecido notablemente, superando los 3.000 nuevos estudiantes en el estado. Este incremento ha generado un impacto directo en los precios, lo que ha llevado a los universitarios a buscar soluciones más económicas fuera de los campus.
Ahmed Al-Ghazali, estudiante de la Universidad Cristiana de Texas (TCU), ha manifestado su preocupación por el costo de la vivienda. “Los precios de las habitaciones son excesivos. Ese es el motivo por el que muchas personas terminan mudándose a departamentos en las afueras del campus”, comentó.
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Ante el aumento de precios, muchos estudiantes están considerando opciones fuera de las residencias universitarias. Al-Ghazali mencionó que su compañero encontró un departamento a una distancia caminable por U$D 1.200 mensuales, un costo considerablemente más bajo en comparación con los U$D 4.550 que se paga por una habitación compartida en TCU. Este cambio no solo representa un ahorro significativo, sino también una mayor independencia para los estudiantes.
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La educación superior en Estados Unidos, y en particular en Texas, puede ser exorbitante. Además de las matrículas, que pueden superar los miles de dólares, los estudiantes deben considerar los costos de alojamiento y alimentación. En el caso de TCU, el plan de alimentación ilimitado tiene un costo semestral de U$D 3.150, lo que incrementa aún más la carga financiera.
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Ante esta problemática, las instituciones educativas están tomando medidas para abordar la creciente demanda de alojamiento. Craig Allen, director ejecutivo de la residencia en TCU, anunció que se están añadiendo 292 camas adicionales para 2025. “Nosotros no queremos ser tan caros como el área que nos rodea. Queremos ofrecer una gran experiencia a buen precio”, afirmó Allen, subrayando el compromiso de la universidad por mejorar las condiciones de alojamiento para sus estudiantes.
La situación actual refleja un desafío significativo para los estudiantes universitarios en Texas, quienes deben navegar por un entorno de costos crecientes mientras buscan mantener su educación y calidad de vida. La búsqueda de soluciones asequibles se ha convertido en una prioridad, y las instituciones están comenzando a responder a estas necesidades.

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