Susana Baca: “Es difícil conjugar política y poesía”

Entrevista. Cantante, ex ministra y educadora, abrirá en el 2018 un centro cultural en Cañete. Critica el racismo en el cine y habla de la política. “Si una película es discriminatoria, tiene que ser sacada”.,“Cuando me entregaron el Grammy y todos los homenajes en Perú, prometí que iba a trasladar todo a Cañete”, nos dice Susana Baca por teléfono. Este año ha sido “fructífero”, ha tenido conciertos en Lima y con la gira ‘De los Amores’ con la que recorrió Estados Unidos y Europa. Hace un mes, recibió el premio del Ministerio de Cultura y este jueves (en el Auditorio del Pentagonito) estará como invitada del jazzista Michael League y Snarky Puppy. Con él trabajará en un disco y es la primera colaboración para la escuela de música que inaugurará en el sur. ¿Es cierto que para costear su proyecto en Cañete vendió su casa en Lima? (Sonríe). Bueno, ya tenía mucha presión por vivir aquí, además, ya habíamos pensado en el proyecto en Cañete, era mucho mejor. Tenía que ir a cumplir una promesa, porque yo cumplo mi palabra (sonríe). Allí me hicieron un homenaje maravilloso. Pero tú sabes, allá hay gente que sufrió mucho, hemos cambiado el sentirnos esclavizados ahí, hemos cambiado eso por el arte, por la música, le hemos devuelto eso al mundo. ¿Cuán difícil ha sido ser una mujer negra en un país donde todavía hay manifestaciones racistas? ¡Es muy difícil! Porque hasta el día de hoy somos un país racista, se ven algunos rezagos. Cuando me preguntan cuál es mi sueño para el bicentenario, digo: “que el Perú sea un país más justo, sin racismo y sin corrupción”. El racismo nos manda para atrás. Los países que todavía tienen racismo son países atrasados. Hay una discusión acerca de que en el cine se argumenta que llamar racista a un personaje es “algo exagerado”. Lo digo por la producción y dirección de La paisana Jacinta. No, no, ahí no hay exageración. Yo pienso que, lastimosamente, el talento del joven (Jorge) Benavides se pierde en algo muy desagradable como es la presencia de esa señora. Y mira tú que tiene mucha aceptación, la gente ve eso, se ríe y lo celebra... Me da mucha angustia eso. Digo: “cómo es posible que no se den cuenta de que está denigrando a una persona de origen andino, que tiene que ser nuestro orgullo”. Somos un país andino, con gente de costumbres milenarias, que están ligadas a la naturaleza, que tienen tanta sabiduría, pero no, la denigramos, la convertimos en un ‘hazmerreír’ como es la paisana Jacinta, ¿no? ¿Y por qué diría que tiene público? ¿No hay empatía? Es que todo pasa por la educación. Hay reformas para el futuro, son importantísimas para sacar la discriminación de nuestro país. Y eso de la empatía, pues no la hay, es parte de la discriminación no reconocer al otro. El ministro Del Solar ha criticado la película, pero por la taquilla podría verse más cine de ese tipo. Ya. Pero se necesitan espacios en que se diga: “eso es racismo, discutirlo y analizarlo”. Porque no es solo que tú de origen afro, andino o selvático te sientas discriminado, sino que todos tenemos que coincidir en que es una actitud discriminatoria. Y si discriminas, tienes que someterte a las leyes. Si esa película es discriminatoria, hay que sacarla. ¿Entonces no sería censura? No, sería regular algo que está mal. Pero tienes que estar muy claro, si no es así, la gente diría: "no hay libertad". Eso, porque hay una desconexión, la gente dice: “a mí no me están discriminando, es a ellos”. En Cañete, hará un museo del mestizaje y un cine. ¿Cuál es el objetivo? Es una especie de cine-club, donde puedan asistir porque quieren ver una película y después se queden hablando de... estamos fallando en educación. No se tiene que discriminar a las mujeres por ser mujeres y eso tiene que estar diariamente en las aulas. Yo no creo que la gente especialista esté sentada ‘mirando’, está trabajando pero hemos tenido muchísimo tiempo de declive y retomar el camino correcto es difícil. ¿El cine, la televisión y el teatro, a veces, hacen más que las aulas? Sí, quiere decir que el arte conmueve, abre los ojos y el alma. Por eso es tan importante que los buenos artistas estimulen eso. ¿Y si le vuelven a pedir que haga política? (Ríe). Yo puedo estar así, participando en eventos, hablando directo al corazón de la gente, esa es mi tarea. Y bueno, política ya hice, es muy difícil... Es que es muy difícil conjugar política y poesía. Creo que nunca van a ir juntas (lanza una carcajada). ¿Esperanzas? Sí, pero con gente con mentalidad renovada. Yo confío en los jóvenes realmente.