La inflación de Estados Unidos subió en enero más de lo esperado al llegar al 7,5%; el ritmo más rápido desde 1982, luego de una ganancia anual del 7% en diciembre, según datos del Departamento de Trabajo publicados el jueves 10 de febrero.
Así, el índice de precios al consumidor (IPC) aumentó un 0,6% en enero con respecto al mes anterior, lo que refleja amplios aumentos que incluyeron mayores costos de alimentos, electricidad y vivienda.
Si se excluyen los componentes volátiles de alimentos y energía, los llamados precios subyacentes aumentaron un 6% respecto al año anterior, también la mayor cantidad desde 1982, y un 0,6% respecto al mes anterior.
De acuerdo con Bloomberg, los datos refuerzan las intenciones de la Reserva Federal (Fed) de comenzar a subir las tasas el próximo mes para combatir las presiones inflacionarias generalizadas y podrían llevar a los mercados a esperar una acción aún más agresiva por parte del banco central.
Antes de la reunión de la Fed del 15 al 16 de marzo, los responsables políticos también tendrán a mano el informe del IPC de febrero.