¿Sabías que el letargo que se apodera de tu cuerpo cuando tocas el asiento del auto tiene un nombre? Se trata de la hipnosis de la carretera. Si vas como pasajero, este momento de somnolencia no representa mayor riesgo. Sin embargo, sí lo es cuando, sumergido en el rol de conductor, lidias entre el sueño y la concentración.
De acuerdo con la empresa Carglass, la primera vez que se tuvo constancia de este fenómeno fue en 1921, pero recién en los años 50 varios estudios apuntaron a que este estado mental podría haber sido la causa de una gran cantidad de accidentes durante la época.
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De acuerdo con un estudio publicado por la RMIT University de Melbourne (Australia), esta conducta de relajo está relacionada con las vibraciones que se transmiten a través de los asientos. Para comprobarlo, la universidad australiana colocó a los voluntarios en un simulador que despedía el mismo tipo de vibraciones de baja frecuencia.
¿Cuáles fueron los resultados? A los quince minutos las personas comenzaron a sentir somnolencia y, pasada la media hora, la sensación de sueño ya era muy evidente. No obstante, el punto máximo de cansancio se registró a los 60 minutos.
Por su parte, Diego Redolar Ripoll, profesor de Neurociencia y vicedecano de Investigación de la Facultad de Ciencias de la Salud, de la Universitat Oberta de Catalunya (OUC), detalló en un artículo publicado en 2020, en The Conversation, que “las vibraciones estables a bajas frecuencias que se producen mientras conducimos un vehículo reducen la capacidad del cerebro de mantenerse alerta, induciendo un estado similar a la somnolencia incluso entre personas que han descansado correctamente”.
Para Ripoll, esto hace del auto una auténtica mecedora. Sin embargo, considera que hay más variables; por ejemplo, los viajes por carretera a veces pueden coincidir con los ritmos circadianos naturales de una persona, un factor que aumenta esa somnolencia.
Carglass brinda algunos consejos para evitar esta sensación al volante: