Kamala Harris lidia este miércoles con un desliz de Joe Biden, quien ha provocado una tormenta política llamando "basura" a los seguidores de Donald Trump a menos de una semana para las elecciones presidenciales.
Los republicanos están que trinan con el presidente por un comentario realizado en una videollamada con la oenegé Voto Latino.
El demócrata de 81 años hablaba de la polémica que estalló después de que uno de los teloneros de un mitin de Trump en Nueva York dijera que Puerto Rico es como una "isla flotante de basura".
"La única basura que veo flotando ahí fuera son sus seguidores", dijo Biden. "Su, su, su demonización de los latinos es inconcebible y es antiestadounidense", añadió.
Más tarde en la red social X, Biden intentó quitar hierro al asunto diciendo que se refería "a la retórica odiosa sobre Puerto Rico lanzada por un partidario de Trump".
De poco sirvió. El comentario se ha convertido en un balón de oxígeno para el republicano y una losa para Harris.
"Joe Biden finalmente dijo lo que él y Kamala realmente piensan de nuestros partidarios. Los llamó basura", afirmó Trump este miércoles en un mitin en Carolina del Norte.
"Mi respuesta a Joe y Kamala es muy sencilla: no puedes dirigir Estados Unidos si no amas a los estadounidenses", afirmó el republicano, para quien sus seguidores son "el corazón y el alma" del país.
Lo comparó con cuando Hillary Clinton, su rival por la presidencia en 2016, afirmó que la mitad de los seguidores del republicano eran "lamentables".
El conocido senador republicano Marco Rubio exigió que Biden se disculpe.
Para Harris es una piedra en el zapato justo cuando intenta por todos los medios atraer el voto de los republicanos descontentos con la retórica antimigrante de Trump y su enfoque de la democracia.
"Permítanme ser clara, estoy en desacuerdo con cualquier crítica a las personas basada en por quién votan", declaró a periodistas en la Base Conjunta Andrews, cerca de Washington.
Harris, de 60 años, hubiera prescindido con gusto de tener que tomar distancia públicamente de su jefe horas después de pronunciar un discurso solemne contra Trump ante decenas de miles de personas a la sombra de la Casa Blanca.
A seis días de las elecciones, aumenta el temor de que el republicano rechace el resultado si pierde.
De momento ha aprovechado irregularidades constatadas por las autoridades para decir que se han hecho "trampas" a "una escala nunca vista antes".
Ambos candidatos recorren los siete estados bisagra o pendulares que decidirán el resultado de los comicios: Nevada, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia, Arizona y Carolina del Norte.
El miércoles Harris dio un mitin en Raleigh, en Carolina del Norte, un estado en el que no ganan los demócratas desde Barack Obama en 2008 pero en el que la vicepresidenta tiene puestas muchas esperanzas.
"Luchamos por una democracia y a diferencia de Donald Trump, no creo que las personas que no están de acuerdo conmigo sean el enemigo. Quiere meterlos en la cárcel. Les daré un lugar en la mesa", afirmó la exfiscal.
"Y a las personas que no están de acuerdo conmigo", dijo cuando un presunto manifestante la increpaba.
La que puede convertirse en la primera mujer negra presidenta del país prometió "poner al país por encima del partido".
A poco menos de 100 km de distancia Donald Trump también daba un mitin.
Acusó a la administración de ser una "fracasada y corrupta" y de haber "destruido al país".
"Nos han llamado intolerantes racistas, deplorables fascistas, irredimibles, nazis, y a mí me han llamado Hitler", se quejó.
El miércoles ambos viajarán también a Wisconsin, a más de 1.200 km de Carolina del Norte.
Trump estará acompañado en el escenario por Brett Favre, antigua estrella del equipo local de fútbol americano.
Harris pondrá rumbo después a Pensilvania, considerado el premio gordo de los estados clave para ganar los comicios.
La lista de artistas que la apoyan se ha agrandado este miércoles con el actor y exgobernador republicano de California Arnold Schwarzenegger.
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