Congreso aprueba retiro de la CTS

Demo/cracia, por Jorge Bruce

“Se requiere el ímpetu de rebelarse contra lo que nos están haciendo pandillas delincuenciales aupadas en curules, tronos y tribunales. Pero todos vemos que esa revuelta no se produce”.

Carezco de la competencia para afirmar que ya estamos en una dictadura. Como psicoanalista, mi trabajo consiste en trabajar con los vínculos interpersonales y sociales, así como con los intrapersonales. Dicho esto, observo el proceso de copamiento de nuestras instituciones y la abolición de la separación de poderes, día tras día. Asimismo, el avance indetenible de la corrupción. Lo menos que puede decirse es que se está dando una disociación entre el poder popular y su representación en las altas esferas de la política.

Vivimos pues en una situación caracterizada por la distancia que nos separa, tomando prestado el bello título del libro de Renato Cisneros, a los ciudadanos del poder político. Las encuestas lo muestran de forma contundente. La más reciente del IEP arroja que 91% desaprueba al Parlamento y 85% a Boluarte. Aplicando el margen de error, se podría afirmar que prácticamente todo el país los desaprueba. No obstante, ese repudio se limita a ser actos de palabra.

Vale decir que estamos escindidos en nuestro fuero interno. Sabemos que es un régimen ineficiente y, sobre todo el Congreso, corrupto, extremada y descaradamente corrupto. Los atrapan con las manos en la masa y niegan con desparpajo sus robos, violaciones, mentiras, etcétera. El daño moral que estos comportamientos producen es incalculable, pues la política es vista como los establos de Augías. Dichos establos contenían una cantidad inconmensurable de excrementos y por eso Euristeo le encargó a Hércules la tarea imposible de limpiarlos en un solo día. Era uno de los diez trabajos que debía realizar y el encargo tenía la compleja finalidad de humillarlo, ridiculizarlo y hacerlo fracasar.

Pero Hércules llevó a cabo la tarea mediante la argucia de construir un canal que llevó el estiércol hasta el río. No basta poseer fuerza y valor; se precisa astucia.

Además de esas cualidades, se requiere el ímpetu de rebelarse contra lo que nos están haciendo pandillas delincuenciales aupadas en curules, tronos y tribunales. Pero todos vemos que esa revuelta no se produce. Una población agobiada por sucesivos procesos de duelo, desde el COVID-19 hasta la degradación de la calidad de vida por una economía en UCI y la incertidumbre por el futuro, permanece en estado estuporoso.

Más aún, hay quienes –aunque no aparezcan en las encuestas– parecen experimentar un deseo de sumisión. Esos son los que en las redes sociales responden a cualquier crítica a la destrucción de nuestra democracia e instituciones, con ese mantra de la estupidez que es la palabra “caviar”. Hay un goce vicario en apoyar a quienes se colocan por encima de la ley. Ya lo vivimos con Fujimori y Montesinos. Sabemos cómo termina, pero no cuándo.

Jorge Bruce

El factor humano

Jorge Bruce es un reconocido psicoanalista de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado varias columnas de opinión en diversos medios de comunicación. Es autor del libro "Nos habíamos choleado tanto. Psicoanálisis y racismo".