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Woody Allen toma la palabra para defenderse

Polémico. En su autobiografía A propósito de nada, ahora lanzada en español, el director de Manhattan ofrece su versión sobre la denuncia de abuso de sexual que le hizo Dylan, hija adoptiva de Mia Farrow.

Woody Allen vio que la película de su vida empezó a quemarse. Las acusaciones de Dylan Farrow, hija que adoptó con su pareja Mia Farrow, lo acusó en el 2014 de haberla abusado sexualmente cuando ella tenía siete años. Denuncia que dividió a sus amigos, unos creen que es inocentes y otros lo condenaban como culpable. Su situación se le complicó más cuando Mia Farrow descubre fotos de desnudos de Soon-Yi Previn, su otra hija que adoptó con su pareja anterior, el director de orquesta y compositor André Previn. El escándalo se hizo público. Entonces Soon-Yi tenía 22 años y el director de Manhattan pasaba los 50 años.

Meses después, el cineasta confirma su relación, la misma que termina en matrimonio hasta el día de hoy.

Todas estas situaciones se ventilan en procesos judiciales mediáticos. Es decir, la denuncia de abuso sexual a Dylan Farrow y el juicio por la tenencia de los hijos, entre ellos la misma Dylan. En el primero, los jueces no lo hallaron culpable, y en el segundo, Woody Allen perdió la custodia en favor de Mia Farrow. En ese lío, Moses Farrow, otro hijo adoptivo de Allen Woody y Mia, salió en defensa de su padre, contradiciendo las versiones de su madre y su hermana Dylan.

Pero Woody Allen quiso hablar más allá de los tribunales. Escribió un libro, una autobiografía sobre todo para ofrecer su versión ante las acusaciones de violación. El libro, que titula Apropos of Nothing (A propósito de nada), estaba escrito, pero Allen no encontraba editorial. Era rechazado hasta que la editorial Arcade Publishing lo acogió. Ese libro ahora es lanzado en su versión castellana con el sello Alianza Editorial.

Con una gran precisión, el director de Annie Hall relata cómo era su relación con Dylan y Moses durante los años que estuvo con la actriz.

Y repite en muchas ocasiones que Dylan lo “adoraba” y que las acusaciones fueron una operación en su contra construida por Mia Farrow, a la que pinta como una desequilibrada y mala madre, que no trataba igual a sus hijos biológicos que a los adoptivos.

“Mia obligaba a Thaddeus a ponerse en público soportes ortopédicos de hierro en lugar de los de plástico (...) ella quería que se supiera que adoptaba a niños discapacitados”, relata Allen de uno de los diez hijos adoptados por la actriz, que tenía otros cuatro biológicos -tres de su matrimonio con André Previn y uno, Ronan, con el cineasta, aunque luego dijo que era de su primer marido, Frank Sinatra-.

“No es extraño que dos de sus hijos adoptados (Tam y Thaddeus) terminaran suicidándose. Un tercero también contempló esa posibilidad, y una hija adorable (Lark), que tuvo que enfrentarse a un diagnóstico positivo de VIH con más de treinta años, terminó abandonada por Mia y murió de sida en un hospital una mañana de Navidad sin nadie a su lado”.

Un relato de hechos en el que el comportamiento de Mia Farrow se presenta como aterrador mientras el cineasta se pinta a sí mismo como alguien muy equilibrado, pese a que solo quiso adoptar a los dos hijos adoptivos de la actriz con los que se llevaba bien -Dylan y Moses- y que justifica no aparecer como padre de Ronan (originalmente llamado Satchel) porque no le dijeron que había que llenar un formulario.

Respecto a su relación con Soon-Yi, hija adoptiva de Mia Farrow, y con la que empezó a salir cuando ella tenía 21 años y él 56, el cineasta asegura que nunca le prestó atención hasta que una vez le acompañó a un partido de baloncesto y le empezó a hablar del infierno que vivía en casa de la actriz -Allen y Farrow nunca compartieron piso-.

Comenzaron su relación durante el rodaje de Maridos y mujeres mientras él seguía oficialmente con Farrow, hasta que ocurrió lo de las fotografías.

Mia Farrow dijo a sus hijos que el cineasta había violado a Soon-Yi y a la joven la encerró en una habitación.

Fue en aquella época cuando Farrow llamó a la hermana de Allen para decirle: “Él me quitó a mi hija; ahora yo voy a quitarle a la suya”. Y ahí comenzó, según el realizador, la operación para que Dylan acusara a su padre de violación.

“Mis intentos de apaciguarla no dieron resultado, y supongo que para mí es fácil de decir, considerando que ella era la parte afectada, pero la cuestión es que su furia la hizo llegar tan lejos que pasó de lo razonable a lo imperdonable y luego a lo inconcebible”, señala Allen.

Tras una visita a sus hijos, Allen fue acusado de haber abusado de Dylan. “Jamás he puesto un dedo encima a Dylan, jamás le he hecho nada que pudiera malinterpretarse como un abuso sexual; desde el principio hasta el final, desde cada partícula subatómica, fue una invención pura”.

Hubo dos investigaciones independientes. Concluían que Dylan había sido aleccionada o influida por su madre. Las acusaciones fueron desestimadas.

A continuación empezó el juicio por la custodia, que se convirtió en un circo mediático de acusaciones cruzadas, que perdió Allen. “Me quedé hecho polvo cuando vi cómo el plan de Mia daba resultado y el juez se dejaba engatusar por ella asegurándose de que yo no pudiera ver a Dylan”.

La carrera de Woody Allen se vio muy afectada por todo lo que pasó y hay muchos actores y actrices que rechazan trabajar con él. Pero él menciona a los muchos que le han defendido públicamente, y cita a Diane Keaton, a Alec Baldwin, Javier Bardem, Blake Lively, Scarlett Johansson, Catherine Deneuve, Jude Law, Isabelle Huppert o Pedro Almodóvar.

“Les doy las gracias a todos, porque ha sido muy amable de su parte alzar la voz, y les aseguro que jamás se avergonzarán de haberlo hecho”, dice Allen, que también reconoce que “esperaba un poco más de apoyo” por parte de sus compañeros de profesión.

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