Arequipa: mineros artesanales se siguen enfrentando por terrenos
Fiebre por el oro. En Arequipa las autoridades advierten que podría haber hasta ocho conflictos entre mineros artesanales. En lo que va del año han muerto 15 personas a raiz de estos enfrentamientos. Autoridades buscan la forma de entablar diálogo.
Por: Roberth Orihuela Q.
Otro nuevo conflicto entre mineros artesanales informales parece avivarse en Arequipa. El domingo una joven cocinera que laboraba con mineros artesanales del distrito de Choco (Castilla) murió durante una balacera. Las primeras versiones señalan que tres comunidades se disputan la explotación de los recursos que restan de la unidad minera Chaquelle 4, que pertenece a la compañía minera Buenaventura y que hace tres años dejó de explotar. Sin embargo, la cuestión es cuántos de estos conflictos están vivos en la región y qué están haciendo las autoridades para evitarlos.
Uno de los problemas que hizo saltar las alarmas fue lo que pasó en junio, en Atico, Caravelí. 14 mineros artesanales fueron acribillados por presuntos sicarios contratados por la empresa minera Intigold Mining, propietaria de la concesión. Inmediatamente, el gobierno nacional declaró un Estado de Emergencia en la zona y anunció que impulsarían la formalización y la paz social entre los mineros. Dos meses después se ha logrado que las facciones se comprometieran a presentar un plan de trabajo conjunto.
Pero en la región hay otros problemas latentes. El gerente regional de Energía y Minas, Miguel Ángel Gómez Yáñez, informó que tiene al menos 8 conflictos latentes.
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Entre ellos está el que pasó en Atico y que ya está en vías de diálogo. El segundo es el conflicto suscitado hace unos días en Choco. En este caso, la minera Buenaventura, explicó el alcalde del distrito, Félix Lázaro Blanco, hizo un pacto con los pobladores de la zona para permitirles explotar en calidad de mineros artesanales lo poco de mineral que pueda quedar en la mina Paula, unidad minera Chaquelle 4.
El error, al parecer, fue que solo dos comunidades lograron formalizar sus asociaciones. Se trata de Choco Corihuayra y San Antonio de Miña. Una tercera comunidad, Yatica, también estaría pidiendo participación en la explotación artesanal.
A mediados del año pasado se registraron disparos en la zona y el alcalde Lázaro Blanco dio parte a las autoridades policiales, fiscales y judiciales. “Pero no se hizo nada. Tengo los oficios que hemos enviado y no se resolvió. Luego ya se calmó y ahora nuevamente se activó el conflicto”.
El resultado del conflicto ha sido una joven de 18 años muerta. Se trataría de una cocinera que acudía a ayudar a sus compañeros artesanales. Además de 9 heridos por bala que se recuperan. La Policía ya inició las investigaciones y han detenido a 6 personas involucradas en el tiroteo. Dos de ellos son menores de edad que fueron aprisionados por los mismos pobladores. Se esperan resultados preliminares para el martes y a partir de allí las autoridades regionales y nacionales deberán señalar el destino de la mina Paula.
El gerente también cuenta otros dos conflictos en Condesuyos. Unos en la zona de Yanaquihua, donde mineros de Copacabana reclaman participación en la explotación de mineral. Este problema, dijo, ya se encuentra en diálogo y se estaría llegando a un acuerdo en los próximos días. El otro está ubicado en Ispacas, donde ocurre un problema parecido en la mina San Cristóbal. “También estamos interviniendo para que no haya derramamiento de sangre”, dijo el funcionario.
Gómez Yáñez señala que están monitoreando problemas iguales en Caravelí, Camaná y Condesuyos.
Enfoque
El Congreso no aprueba norma
Yeremi Torres Flores -prefecto de Arequipa
Ahora mismo, la zona donde ocurrió el conflicto, en Choco, ya está controlada por la Policía. Además se ha convocado a una reunión en la Oficina de Conflictos. Es lamentable lo que ha pasado y vamos a ver qué decisión toma el Ministerio de Energía y Minas sobre el cierre o no de la mina. En el Congreso ya hay una norma propuesta para que los mineros involucrados en este tipo de ataques no puedan formalizarse. Lo que queremos es evitar más actos de violencia. Además, la oficina de Conflictos de la Prefectura está siempre atenta a las denuncias que nos hacen llegar. Estamos en varios procesos de diálogo.