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Sociedad

Se gasta más en carreteras y menos en educación y salud

Estudio. Universidad Católica San Pablo hizo revisión del gasto público en las regiones del sur. Hay varias lecturas. La más resaltante, a Arequipa le falta mejores técnicos para utilizar los recursos que dispone. Y que en proyectos se prioriza el sector transportes.

Arequipa es una de las regiones del sur con la peor ejecución del dinero público. Esta situación se aprecia en un estudio de la Universidad Católica San Pablo que recopiló información desde 2014 a la fecha.

Anualmente, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) desembolsa partidas para cubrir el gasto corriente (sueldos, bienes y servicios) y proyectos de inversión. En el estudio se analiza las transferencias efectuadas a Arequipa, Moquegua, Tacna, Cusco, Puno y Madre de Dios.

En el primer rubro la mayoría se acerca a la meta. Los problemas radican en inversión. Falta capacidad para concretar proyectos. Ahí Arequipa figura última. El mal desempeño se ha agudizado en 2019 y 2020. Ocurre en los tres niveles de gobierno: nacional, regional y municipios.

En los dos últimos años, según el estudio, por ejemplo, el Gobierno Regional de Arequipa (GRA) gastó un poco más de la mitad. En municipios provinciales el escenario es peor: 2019 (40,2%) y 2020 (38%). En los distritales el gasto apenas roza la mitad.

El rector de esta casa de estudios, Germán Chavez Contreras, lo atribuye a capacidades humanas. Falta burócratas eficientes. Chávez Contreras admite que la legislación peruana es engorrosa, suele trabar la inversión. El funcionario público tienen miedo a las denuncias y naturalmente ir a la cárcel. Ese conservadurismo se ha acentuado en Arequipa. No ocurre lo mismo en Moquegua y Tacna (punteras del gasto público), Cusco y Puno superan también esos escollos.

Para la autoridad universitaria urge una sinergia entre academia e instituciones públicas. Capacitarlos en acortar los plazos cumpliendo los requisitos de ley.

El estudio también advierte que el año pasado, como consecuencia de la pandemia, los gobiernos subnacionales del sur recibieron una importante inyección económica. Los ahogaron en presupuesto. Sin embargo, esos recursos, asignados extraordinariamente por la pandemia, tampoco se gastaron pese a las necesidades. 23 gobiernos distritales y 8 provinciales del sur padecieron el problema. “No se pudo gastar ni los recursos de salud a pesar de la emergencia sanitaria”, refiere Chávez Contreras.

Debieron agotarse esos recursos y utilizar los sobrantes de otros sectores. Nuevamente fallaron las capacidades humanas. El problema de fondo es que las gestiones parten de cero. Cuando tienen el conocimiento viene el cambio de gobierno. No hay continuidad. Una reelección para una gestión con un buen perfil ayudaría, dice el rector.

Calidad de gasto

La revisión no se centra solo en el gasto. También en su uso. La mayoría de los niveles de gobierno lo canalizan a transportes. En inversión percápita para este rubro va así: Madre de Dios primero con S/. 1950, Cusco (S/. 1250), luego viene Puno, Arequipa y Tacna (ver infografía).

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Siendo regiones pequeñas, Tacna y Moquegua tienen una mejor intuición en el reparto. La primera prioriza salud y la segunda educación. Ambas regiones lideran a nivel nacional las evaluaciones a escolares. La justificación de más carreteras, caminos o puentes se entienden en territorios accidentados. Empero, educación y salud encarnan el futuro y ambas van de la mano, afirma el rector de San Pablo.

La educación garantiza buenos profesionales y un país puede tener la mejor enseñanza, pero qué pasa si el niño está desnutrido.

El candidato Pedro Castillo promete destinar 10% del PBI a educación y otro 10% a salud. Para Chavez es una medida inviable que puede desatar falsas expectativas. Ejemplifica: la presión tributaria sobre el PBI es 13%. Faltaría recaudar 7% para cubrir solo con esa oferta electoral y cómo se cubrirán las demás necesidades.

Editor regional del diario La República, edición sur. Licenciado en Periodismo de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa. Trabaja para La República desde el 2003. Ha publicado libros sobre perfiles políticos regionales y literatura.