Procesados por crimen organizado aprovechan para salir de prisión con certificados falsos de COVID-19

Irregularidades. Procesados que cumplían prisión preventiva en el penal El Milagro de Trujillo, La Libertad, salieron de la cárcel, a pesar de que fiscales de crimen organizado advirtieron que estos consignaron falsos problemas de salud para ser considerados dentro del grupo de riesgo de la COVID-19. O, incluso, presentaron certificados fraudulentos en el que se señalaba que estaban infectados por coronavirus.

Así lo reveló un reportaje emitido en el dominical Cuarto Poder. Finalmente, el Poder Judicial les otorgó comparecencia restringida, debido a que el médico del penal mencionado, Jorge Rebaza Neira, habría firmado estos informes falsos sin realizar pruebas rápidas ni moleculares a los supuestos afectados y ahora se halla investigado.

“Estos criminales están utilizando informes médicos falsos. Han hecho llegar al Poder Judicial informes falsos. Solo en 45 días se convirtieron en población vulnerable y en base a ello, la sala le da la comparecencia”, señaló Jorge Chávez Cotrina, Fiscal coordinador de las fiscalías de crimen organizado.

Los protagonistas de esta trama, son presuntos integrantes de una organización criminal que por años, habría entregado títulos académicos originales a falsos profesionales de educación. Entre sus cabecillas, se investiga al ex gerente regional de Educación de La Libertad, Rafael Moya Rondo; y a los hermanos Alipio y Pedro Haro Lara, más otros diez procesados. Ellos fueron capturados en enero de este año y quedaron recluidos preventivamente por 36 meses, pero hoy están libres gracias a certificados falsos.

A mediados de abril, el Gobierno dispuso el deshacinamiento de los penales como parte de la estrategia para evitar la expansión del coronavirus SARS-CoV-2. Fue entonces cuando este grupo alegó padecer hipertensión arterial, insuficiencia renal y hasta diabetes mellitus, pero cuando ingresaron al penal en marzo, declararon estar completamente sanos y así quedó por escrito en el archivo del IInstituto Nacional Penitenciario (Inpe).

Con todos estos ‘males’ encima prepararon el expediente médico y lo presentaron ante el juzgado a finales de abril para revocar la prisión preventiva. Ello alertó a la fiscal de crimen organizado en La Libertad, Jennifer Ludeña, quien revisó la documentación y notó detalles sospechosos, por ejemplo, el exgerente regional de educación, un hombre de peso promedio, había sido diagnosticado con obesidad mórbida.

El informe médico estaba firmado por el doctor Jorge Rebaza Neira, quien consignó además que Moya sufría de hipertensión arterial, apnea de sueño y riesgo de asfixia, enfermedades que hacen vulnerable frente a la COVID-19.

Además, en los casos de Manuel Rodríguez Durand y Charli Cabrera Reátegui, ellos tenían un certificado de COVID-19, pero ni siquiera habían pasado la prueba rápida.

“Nosotros estamos preocupados y llamamos la atención de la sociedad y de los jueces que el hecho de estar en pandemia y el hacinamiento en los penales no significa que todos integrantes de organizaciones criminales estén saliendo por las ventanas de los penales y alcanzando documentación fraudulenta”, continuó el fiscal Jorge Chávez Cotrina.

Mientras que Rafael Castillo, Jefe del Instituto Nacional Penitenciario señaló que durante el estado de emergencia se produjo una alta tasa de pedidos de salida de prisión.

“Hemos visto como han aumentado los hábeas corpus. Lo normal eran 430 casos y actualmente se han recibido 1400 casos que se han presentado en la pandemia, pues los internos lo piden para cambiar su situación carcelaria”, detalló el funcionario.

En denominador común en los informes médicos con datos falsos, es el médico del penal Jorge Rebaza Neira, quien tras la investigación abierta en su contra, decidió dejar el penal.

“El señor Rebaza está separado del cargo y está con un proceso administrativo sancionador. Él ya no trabaja en el INPE ha renunciado y nosotros seguimos con el procedimiento porque corresponde y considero que se agrava su situación”, dijo Castillo.