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Sociedad

La primera línea

Aplausos y protección a los trabajadores de salud.

La primera línea
La primera línea

Desde diversas zonas del país, el personal de salud ha hecho llegar sus pedidos de mejores condiciones de trabajo que deben ser atendidos considerando que son la primera línea de la lucha contra la pandemia.

Las necesidades podrían dividirse en tres. Un primer grupo se refiere al recurso humano, un déficit antiguo relacionado con la falta de especialistas en las áreas críticas, y que ahora se hace más ostensible con la pandemia. Un segundo grupo se refiere al equipo para atender a los pacientes y para la vigilancia epidemiológica, en donde caben las pruebas, los ventiladores, las camas y las medicinas, entre otros. Y un tercer grupo alude a los implementos para los trabajadores, desde las mascarillas, lentes y otros elementos de uso personal que impida el contagio del personal en salud.

El MINSA y las direcciones regionales de salud hacen todo lo posible para atender a estos tres grupos de demanda, a lo que responden los esfuerzos para aumentar el número de pruebas y camas, o contar con más ventiladores con el concurso de la Marina de Guerra del Perú. Una parte sensible en este momento parecen ser las condiciones de trabajo del personal en salud, ejemplificado en las últimas horas en el traslado a pie de una enfermera que vive en el Callao y trabaja en el Hospital Loayza del Centro de Lima.

Es cierto que no puede soslayarse la pérdida de la importancia del sistema de salud en los últimos años, con lo que no es menos cierto que estamos ahora pagando una alta factura del olvido, la reducción de presupuestos y la postergación de los servicios de salud como prioridad pública. A ello se agrega la falta de eficacia de los gobiernos regionales, cuyo amplio margen de autonomía no ha sido empleado en mejorar los servicios de salud, de modo que ahora mismo ya se pueden apreciar las regiones más dramáticas y vulnerables, como Lambayeque y Loreto, la última de las cuales es receptora del canon.

Deben encararse con la mayor diligencia posible las demandas relacionadas a la protección personal de los trabajadores de salud. Su condición crucial y especialísima en esta etapa aconseja resolver sus pedidos porque de ellos depende que continúe en la primera línea de batalla. Es cierto que sus demandas no implican costos cuantiosos sino la ausencia de productos en un mercado ultra competitivo, pero debe garantizárseles mejores condiciones de trabajo. Es ahora el mejor aplauso.