Contrató a dos sicarios para asesinar a su propia madre

Por: Óscar Chumpitaz C.

Serena y con un relato coherente, Milagros Landauro Cáceres (24) describió en detalle lo que la llevó a cometer el terrible crimen. Acusada de contratar a dos sicarios para matar a su propia madre, en Comas, Milagros ni siquiera intentó negarlo.

“Lo hice por rencor, ella no me quería, me humillaba todos los días”, dijo fríamente al ser arrestada en un restaurante de Plaza Norte.

Según la Policía, el desamor y el resentimiento caracterizaron esta relación entre madre e hija, que terminó con una familia destrozada.

Milagros se había convertido el mismo día del crimen de su mamá en la principal sospechosa. Se creía que había actuado por codicia.

Y es que para los investigadores, eso fue lo que indujo a Milagros a contratar, por 4 mil soles, a los dos sicarios que el 25 de mayo pasado asesinaron a Silvia Cáceres Chávez (61), una próspera comerciante de piñatas, prestamista de dinero y madre de cuatro hijos.

“La decisión fue tomada por codicia, por una desesperación constante y permanente por obtener dinero, por un ánimo de lucro desmedido”, dijo un oficial de la Dirincri.

Vivía del dinero familiar

La madre se negaba a entregarle dinero. La autora intelectual de este asesinato tenía una hija pequeña, estaba separada de su pareja y no trabajaba.

Omar, uno de sus hermanos, contó a los investigadores que en los últimos meses Milagros se dedicaba a lo que mejor sabía: vivir del dinero familiar.

Pero la historia de este asesinato empezó meses antes. Los investigadores dijeron que a fines de abril la mujer se contactó con un amigo para solicitar los servicios de dos sicarios.

Silvia Cáceres vivía aterrada. Tanto que, una semana antes de morir, le pidió a una hermana que tuviera cuidado con Milagros. Todo fue inútil.

Facilitó ‘trabajo’ a sicarios

La tarde del 25 de mayo, Milagros fue al Mercado Central de Comas y confirmó que su mamá se encontraba aún en su puesto de venta de piñatas y que no tardaría en volver a casa.

Antes de despedirse le dio dos baldes blancos y le pidió que los llevara a su vivienda. Fue la señal que sirvió de guía para facilitar el ‘trabajo’ de los asesinos a sueldo. Así fue como “centró” a su madre. A las 5 de la tarde, la comerciante salió del mercado y poco después se sentó a descansar en una banca.

Iba a empezar a comer una porción de queque cuando aparecieron dos sujetos y le dispararon cinco tiros a quemarropa, sin importarles la presencia de adultos y niños.

Los criminales huyeron en una moto lineal, con los rostros cubiertos con cascos.

Cayó en centro comercial

“Mi madre trabajó toda su vida para criar a sus cuatro hijos, a todos los quería por igual, no había preferencias”, dijo Omar.

Otro de los familiares aclaró, sin embargo, que Milagros no tenía buena relación con su mamá. “Siempre fue rebelde”, reveló Silvia Cáceres, una de las hermanas de la víctima.

“No le gustaba trabajar, cuando tuvo su bebé se fue de la casa pero volvió. Le gustaba los bailes, la diversión”, recordó, entre sollozos.

Milagros fue detenida en el patio de comidas del centro comercial Plaza Norte. Tenía una orden de detención preliminar de 72 horas.

“¿Saben qué? Dicen que no me arrepiento de lo que hice. Eso es mentira. No hay día que no sienta culpa”, trató de excusarse la parricida cuando era llevada a los calabozos.

Parricidas no sienten culpa ni pena

- El psiquiatra Néstor Ramos consideró que los parricidas son personas que no experimentan ningún tipo de arrepentimiento. “Generalmente adquieren cargos de poder porque no tienen escrúpulos”, sostuvo y añadió que tampoco tienen “principios morales”.

- Irresponsabilidad social, desconsideración por los derechos de los demás, fallas para ajustarse a las normas: todas estas son características del parricida. No sienten remordimiento ni culpa, y jamás hacen una autocrítica, subrayó.