El año pasado, el recientemente inaugurado régimen de Boluarte gozaba del 71% de aprobación de parte de los líderes empresariales. Hoy, esta cifra ha caído al 12%, de acuerdo con la encuesta publicada por Semana Económica. Ante la pregunta por la desaprobación, esta llega al 87%. ¿Qué puede haber llevado a la debacle de Boluarte frente a este sector? ¿Acaso han reflexionado a la luz de la ineficiencia de este gobierno? Veamos. Entre las principales preocupaciones de los señores gerentes en la encuesta del año 2023, el riesgo principal lo ocupaba la “reactivación de los conflictos sociales” (57%). Sabiendo cómo este régimen manejó los conflictos sociales, podemos entender que este “control de conflictos” que terminó asesinando a 50 personas inocentes es uno de los motivos por los cuales el año pasado el 71% de los gerentes aprobaban este régimen. Parece que va terminándose el discurso de “cualquier cosa es mejor que Castillo”, y aunque el señor Gustavo Adrianzén dice que es un problema de comunicación que podrá revertirse, la comunicación política no hace milagros sin correlato con la realidad.
Hablando de presidentes del Consejo de Ministros, Otárola, el responsable de los 50 asesinados junto con Boluarte, ocultó información respecto a una comunicación oficial de parte de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) señalando que al Perú no se le puede ni siquiera evaluar para ser Estado miembro, debido a la aprobación del Proyecto de Ley 565/2021, que debilita la figura de la Colaboración Eficaz, golpeando la lucha contra la corrupción en el Perú y, por tanto, impidiendo que podamos implementar los instrumentos anticorrupción que la OCDE exige.
En este marco, ¿quiénes pagan los platos rotos? La niñez. No solamente nos enfrentamos al caso de los 500 menores violados en Amazonas, sino también a las miserables declaraciones de Morgan Quero, Ángela Hernández y del propio Adrianzén, que caen en un relativismo cultural macabro e ignorante, y además al silencio de la nula Lesly Urteaga. Si usted no sabe quiénes son estas personas, lector, lectora, no se culpe. Ni ellos saben quiénes son, o qué hacen.
Finalmente, la prueba PISA nos muestra nuevamente que el caos descrito no puede sino impactar negativamente en la niñez y sus aprendizajes. Siendo la primera vez que se evalúa el pensamiento creativo en jóvenes de 15 años, Perú obtiene 23 de 60 puntos posibles y estamos por debajo del promedio. Jóvenes sin desarrollo de pensamiento crítico, que si siguen así no podrán encontrar soluciones complejas a lo largo de su vida, son una real condena como país, y no hay cirugía que solucione eso.