Ay, vida mía, estaba avisado, has presentado una cuestión de confianza. Tras la moción de vacancia, el amor, entre nosotros, no se afianza. Ante 87 testigos, qué extraño amor que se profesan, dice la OEA. Ay, vida mía, yo no sé, no lo sabré, no tengo idea
No me mires mucho, que cierro, disuelvo, el parlamento de tu recuerdo. Aquel puñal hecho palabras me dijiste, al despertar, amor, date cuenta. Yo nunca rehusé tu confianza, y si hablé de vacancia, no estaba cuerdo. Ya van dos, tú me dices, interpretas, pero para mí esta no cuenta
Conversen, dialoguen, arreglen, nos reiteran, los señores de la OEA. Tal vez se aprovechan de que, por no perderte, yo haría lo que sea. Ayer en la tarde, por ejemplo, quise jugar, como antaño, te propuse jugar. No podemos, me advertiste, pues ya llegó la gripe aviar, amado caviar
No salimos, nunca salimos, de esta crisis de la crisis, terminal. Ante 87 testigos, incluidos niños, yo te digo: no soy una organización criminal. Tú no me crees, me interpelas, me investigas, me denuncias, me censuras. Da un paso al costado, insistes, presenta una renuncia, mejor si te apuras
La pandemia me salva, ya llegó, maldita sea, del Covid, la quinta ola. ¿La quinta moción de vacancia? Preguntas. No, mi amor, la quinta ola. Cualquier cosa, lo que sea, menos, por favor, volver a usar mascarillas. Y pensar que antes de esta crisis, evocas, con los cubrebocas hacíamos maravillas
Quién diría, quién diría, que ya es un año y medio que llevamos juntos, de la mano. Tú me quieres disolver, yo te quiero vacar, somos golpistas, somos humanos. Tú quieres cerrar el congreso, yo quiero vacar al presidente. Y así, tan, pero, tan de repente, fue que al fin dijiste: ¡detente!
La OEA tiene una idea: que, en son de paz, vayamos a empujarnos un pollo. Tú lo sabes, no te hagas, siempre tienes todo mi apoyo. Otra vez, como antaño, te invito a ser felices de nuevo, a jugar. Otra vez, tú recuerdas, vida mía, que, muy pronto, nos vamos todos a largar. Y yo, lo que es yo, pues no lo quiero aceptar
Y así, pasan y pasan nuestros días, sin darnos cuenta de que ya llegó,
para quedarse, ya llegó, la gripe aviar. Y que el pollo, de un pelícano, nos podría contagiar. Mejor ponte tu cuarta dosis, la Sinopharm ya llegó
Otra vez las vacunas, otra vez la cuarentena. Ay amor, vida mía, con o sin ti, ya nada vale la pena
Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.