¿Qué hay después del retiro?

Durante los 2 minutos y 17 segundos del video “Culers, les tengo que contar una cosa”, Gerard Piqué no emplea la palabra retiro ni una sola vez; en su lugar dice: “Es momento de cerrar este círculo”. Que el catalán suavice la connotación del hasta luego en el mundo del fútbol de élite —porque deja en claro que no es un adiós— revela una estrategia rescatable: saber cuándo y, sobre todo, cómo ir a casa son leyes de un jugador —talentoso o no— prudente, un título que puede construirse y defenderse también fuera de la cancha.

El zaguero ya tenía razones para considerar un final, una de ellas era sellar con la hinchada del Barcelona un pacto de paz luego de que el clima lleno de pitadas le demostrara un rechazo en crecimiento. Escuchó, entonces, una declaración de intenciones y abordó su salida con un producto audiovisual-sentimental pensado para que los pocos fanáticos capaces de separar el arte de la vida privada del artista —o los goles de los escándalos del jugador— recuerden su paso, decisivo por temporadas, por el club azulgrana.

Con clips de la infancia seleccionados a medida y la notificación de que ese ‘petit’ sí cumplió sus sueños, Piqué pinta su retiro casi como un derecho: el derecho a la pausa tras 18 años de profesionalismo en el rubro, un intervalo en el que se ha posicionado como el tercer jugador más laureado en la historia del club; lo superan Andrés Iniesta y Lionel Messi. Sale así de la escena, con aplausos asegurados en el radar gracias a sus cifras y con la lección de que la posibilidad humana que convive con el autocuidado es la más saludable.

¿Qué hay después del retiro? La faceta empresarial del hombre de 35 años le asegura que tan pronto finalice el partido con Almería en el Camp Nou podrá acudir a su holgura económica para pensar cuál es el paso siguiente: su fortuna, así como la fama y, por defecto, la controversia, son tan extensas como los comentarios de aquellos tuiteros que le sugieren una desaparición absoluta de las cámaras.