Los pueblos indígenas en el centro, por Ítalo Cardona

“A tan solo 8 años de la meta establecida para el cumplimiento de la Agenda 2030, la región no podrá alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible con los que se ha comprometido”.

Por: Ítalo Cardona, director de la Oficina OIT para los países andinos

Treinta y tres años han pasado desde la adopción del Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales. Desde entonces, esta norma internacional —único tratado legalmente vinculante sobre la materia— ha sido la principal guía de gobiernos, organizaciones de trabajadores, empleadores y pueblos indígenas para avanzar en la construcción de condiciones que garanticen la justicia social para estos pueblos.

A pesar del progreso logrado, los pueblos indígenas siguen siendo afectados de manera desproporcionada por la desigualdad y la exclusión.

Según datos de la OIT, en América Latina y el Caribe viven más de 54 millones de personas indígenas. Esto representa el 8,5 % de la población regional y supera en número la población total de países tan grandes como Argentina, Perú o Colombia. Sin embargo, constituyen casi el 30% de las personas en situación de pobreza extrema.

Aún hoy, en la región, son uno de los grupos con menos oportunidades para acceder a un empleo de calidad y tienen un 31,5 % más de probabilidades de trabajar en la economía informal que los trabajadores no indígenas. En el caso particular de las mujeres indígenas, el 85 % de ellas desarrolla su labor en la informalidad. Además, el salario de mujeres y hombres indígenas con empleo remunerado es un 31 % inferior al de los trabajadores no indígenas.

La crisis producida por la COVID-19 solo ha servido para profundizar las brechas que aún persisten. A tan solo 8 años de la meta establecida para el cumplimiento de la Agenda 2030, la región no podrá alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible con los que se ha comprometido, si no se ponen en marcha medidas urgentes y sostenidas para el impulso al empleo y el emprendimiento de las personas indígenas, garantizando su acceso a un trabajo decente, con protección social accesible y de calidad.

La convicción de no dejar a nadie atrás compromete, además, a todos los países a redoblar sus esfuerzos para promover el acceso a los derechos que el Convenio 169 reconoce. Los países deben crear y fortalecer los mecanismos institucionalizados para los procesos de consulta previa, garantizar la participación de los pueblos indígenas en el diseño y puesta en marcha de las iniciativas para su desarrollo y promover el derecho que tienen de decidir sus prioridades.

La conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas nos conmina a reconocer a los pueblos indígenas como protagonistas y socios clave para lograr una recuperación centrada en las personas que sea inclusiva, sostenible y resiliente. El Convenio 169 de la OIT sigue siendo una herramienta eficaz para avanzar en esa dirección, impulsando la justicia social y promoviendo el trabajo decente.

La República

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