Años de Isabel II
“Podría darse una situación en que ella se vea imposibilitada de cumplir con las tareas del cargo, y su hijo, el príncipe Carlos, asuma la condición de regente”.
La súbita noche de Isabel II en un hospital ha remecido a Gran Bretaña. La versión es que ella todavía puede vivir algunos años, pero las limitaciones de sus 95 ya están propiciando especulaciones sobre su partida. Algunos hablan de abdicación, pero es verdad sostenida que ella piensa reinar hasta el final.
La reina ha batido todos los récords de permanencia real, y su longevidad puede prolongarse. Pero está el asunto de cuánta inhabilitación de la monarca puede resistir el trono británico. Por el camino puede llegar el momento en que una resistencia heroica se convierta en una complicada obstinación.
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Los periodistas especializados en el tema le van llevando a Isabel II la cuenta de todas las actividades que se está viendo forzada a declinar por motivos de edad. Hace unos pocos días tuvo que cancelar un viaje a Irlanda del Norte por motivos de salud. Los médicos han entrado a tallar, recomendando descanso.
Si la reina insiste en aferrarse a la corona, podría darse una situación en que ella se vea imposibilitada de cumplir con las tareas del cargo, y su hijo el príncipe Carlos asuma la condición de regente. Algo así como reinar sin ser el rey, prolongando así la larguísima espera de su sucesión, haciendo tiempo mientras la reina se apaga.
Una frase muy repetida es que Carlos se ha preparado toda la vida para llevar la corona. Por lo menos en los últimos tiempos ha reemplazado a su madre en cada vez más tareas exigentes, entre las que destacan los viajes internacionales. La frase presupone que el príncipe seguirá con el estilo parco de su predecesora.
En una encuesta Ipsos de comienzos de año la popularidad de Carlos en Gran Bretaña era un modesto 11%, frente al 40% de su madre. Los miembros más jóvenes de la familia real lo superaban largamente. Es probable que el paso al trono mejore sus cifras, aunque en un contexto en que la monarquía británica no tiene la aprobación de otros tiempos.
Con Isabel II fuera del hospital se abre un nuevo tramo de normalidad. Lo cual incluye un creciente interés del público por la vida privada (la efectiva y la novelada) de la familia real británica. God Save the Queen.
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