¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

Traidores a la patria

“Tuve la oportunidad de confrontarme con Fujimori en una audiencia en la Dinoes. Bramó cuando dije en su cara que la compra de aviones era corrupción pura y dura”.

“Negociado con aviones de guerra”, rezaba la ahora histórica primera plana de La República del 25 de marzo de 1996: “Pretenden comprar MiGs y Sukhois con sobreprecio”, completaba el llamativo, potente, resuelto titular, nada menos que en pleno régimen de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos y el general Nicolás Hermoza. Entonces controlaban el país con puño de hierro desde el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y, como se ha comprobado, tenían comprada a casi la totalidad de la prensa. Había que ser muy osado para golpear al gobierno mafioso donde más le dolía: la compra de armamento, la principal fuente de corrupción. Fujimori estaba de visita oficial en el Senado de México, y aprovechó el discurso de orden para desmentir la primera entrega de una serie de reportajes de investigación —y esto era lo que más desesperaba a la cleptocracia fujimorista— que se sustentaba en documentos militares secretos. Por eso Fujimori chilló enfurecido: ‘’¡Esto es traición a la patria!’’. Más de 25 años después, el Poder Judicial condenó a 7 de los implicados con condenas de prisión firme. Durante la formidable sustentación de la acusación, el fiscal superior anticorrupción Juan Manuel Fernández resaltó que, además del daño económico que representó la compra a Bielorrusia de 18 aeronaves de combate MiG-29, 18 Sukhoi-25, y a la Federación Rusa 3 MiG-29SE —se pagaron US$ 320 millones en sobornos—, estaba la vulneración de la seguridad nacional. Los aviones bielorrusos no servían para enfrentar un eventual reinicio del conflicto con Ecuador. Fujimori, Montesinos y Hermoza y sus secuaces eran los verdaderos traidores a la patria.

Recuerdo que Montesinos envió emisarios para no continuar con las publicaciones. Las ofertas incluyeron dinero, un exilio dorado en el país que quisiera, o un contrato privilegiado de consultoría. Después del rechazo comenzaron las amenazas por intermedio de algunos conocidos que laboraban en y para ‘’La Fábrica’', como se conocía al SIN. En represalia porque desestimé todas las propuestas, incursionaron en el lugar donde vivía, para mi mala suerte, justo al frente del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), de donde salieron los agentes del Destacamento Colina y donde ejecutaron e incineraron a prisioneros. Claro que tuve miedo, pero seguí investigando y publicando. Era la única forma de ponerlos a raya.

El 30 de mayo de 2014, tuve la extraordinaria oportunidad de confrontarme con el mismísimo Fujimori en una audiencia judicial en la Dinoes por el caso ‘’prensa chicha’'. El exdictador pagó para que todos los días en las inmundas portadas me acusaran de ‘’traidor a la patria’', ‘’espía ecuatoriano’', ‘’senderista’' y ‘’emerretista’'. Fujimori bramó cuando dije en su cara que la compra de los aviones de guerra fue corrupción pura y dura. El tribunal tuvo que llamarle la atención porque se exaltó. Más de 25 años después, los jueces lo confirmaron. A veces una sentencia es como un premio Pulitzer.

La República

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