Gracias al amable lector

Querido lector,

A horas de terminar este duro 2020, quiero que la última columna de este año feroz, singular e inolvidable sea para agradecerle su compañía mediante su amable lectura.

Cuando se tiene el privilegio de escribir una columna todos los días, en un diario importante como este, uno se pregunta cómo son sus lectores.

Habrá lectores –quizá la mayoría– que leen esta columna de vez en cuando, pero otros deben ser regulares y hasta diarios; algunos la leerán en papel, aunque, posiblemente la mayoría lo haga en la web y en las redes del diario o en las de este columnista; habrá los que lo hagan para encontrar un texto que coincida con sus ideas y para validar o reforzar sus puntos de vista, mientras otros deben buscarla como algo con lo cual siempre discrepar, rajar y molestarse; pero, seguramente, la mayoría la leerá sin mayor pre-juicio.

Sobre quién la lee, debe haber de diversas edades y géneros, aunque desde hace 18 años yo escribo esta columna cada día pensando que me dirijo a una señora de unos 48 años, de clase media, que vive en un distrito como Jesús María, en Lima, que no es ni de izquierda ni –menos– de derecha, y que tiene un interés moderado por la política.

Trato de nunca escribir para tipos VIP, como presidentes, ministros, congresistas o gente con poder como la que sale en la encuesta del poder, porque son personas que nunca leen casi nada: o les hacen resúmenes o creen que ya saben todo lo que necesitan saber.

En este 2020 maldito, por las muertes, desempleos, sueños perdidos, ilusiones demolidas, pero, sobre todo, por la incertidumbre, pues lo que viene aún no es claro y está lleno de amenazas, he tratado de que este espacio sea un lugar para compartir dudas, temores y deseos, antes que certezas que son arrogantes en un momento histórico, amenazante pero irrepetible e inolvidable.

Les deseo, amables lectores, un 2021 con salud y felicidad, en el que todos reconstruyamos la ilusión de un futuro mejor, gracias a tomar consciencia de las profundas desigualdades que nos rodean, y nos saquemos las riendas y anteojeras que nos impiden ser personas mejores y una gran sociedad.

Tenga un buen 2021, querido lector, y gracias por leerme en el 2020.

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