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Sueños entre conchas y manglares

"Merino parece soñar, entre manglares de Tumbes y ceviches de conchas negras, con aire de matón, con su llegada a palacio de gobierno, sintiéndose un Valentín Paniagua que, sin duda, no es".

La bullanga de mercado, como la del N° 1 de Surquillo, al llegar al Bam Bam, es un deleite que abre el apetito para un gran ceviche de conchas negras, pero si la bulla la hace el presidente de un congreso en el hemiciclo Porras Barrenechea, con matonería, amenaza y prepotencia, se vuelve ruido inaceptable.

Ese fue el espectáculo deplorable que Manuel Merino de Lama protagonizó el miércoles para justificar el rechazo a la confianza del congreso al gabinete en plena pandemia, y negar el chantaje al gobierno para condicionar la confianza a cambio de la salida del ministro de educación, además de señalar que, en los veinte días que duró el premier Pedro Cateriano, este no tuvo resultados en la derrota a la pandemia por “su falta de expertise”.

El problema para Merino es que, cuando trata de negarlo, solo confirma que el chantaje no solo era al ministro de educación sino, también, a los de economía y trabajo.

O sea, tipo chicle 3 en 1, con la evidencia de que el titular de trabajo ya dejó el gabinete, pero las interpelaciones siguen, avaladas por Merino, al ministro de educación para defender los negocios de fachada de José Luna Gálvez que usan como pata de cabra a la bancada Telesup; y a la ministra de economía porque malogra varios negocios indebidos en muchos otros sectores, y se opone a financiar las campañas de los Luna con barbaridades como la del retiro de los aportes a la ONP, como si ese fondo realmente existiera.

En vez de actuar con responsabilidad como presidente del congreso, Merino de Lama adopta el papel de vocero de negocios indebidos que usan el poder político como ganzúa.

Y mientras Merino dice que “el Perú se desangra y vemos estas jugarretas donde la responsabilidad exclusiva la tiene el presidente de la república”, su correligionario con curul Jesús Arapa advierte que, si Vizcarra sigue así, “la vacancia presidencial sí es una posibilidad, hay que salir de esto, existen alternativas, la renuncia del presidente, debería irse por incapacidad moral”.

Aprovechando la pandemia, Merino parece soñar, entre manglares de Tumbes y ceviches de conchas negras, con aire de matón, con su llegada a palacio de gobierno, sintiéndose un Valentín Paniagua que, sin duda, no es.

La República

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