Lima, la ciudad de los reyezuelos

Lo que sucede en Lima sucede en todo el Perú. Un territorio subdividido en 1.874 distritos que a su vez contienen centros poblados o zonas. Cada distrito es gobernado por una municipalidad distrital a cargo de un alcalde elegido por sufragio universal por mayoría simple cada 4 años. Lo mismo sucede con las regiones: 26 en total, cada una con su gobernador regional. El área metropolitana de Lima se distribuye sobre 50 distritos que son parte integrante de la Provincia de Lima, que tiene 43 distritos, y de la Provincia Constitucional del Callao que tiene 7. Un enjambre de autoridades que hacen realmente difícil administrar una ciudad tan grande y compleja como nuestra capital. Esta pandemia nos enrostra también este problema, ya diagnosticado, del cual se habla tímidamente en cada campaña. Dados los profundos cuestionamientos que esta crisis nos propone, incluyendo reformas de estado, esta podría ser una: al agrupar la salva Lima en 4 jurisdicciones, por ejemplo, se superaría la dificultad de tener que coordinar acciones con decenas de alcaldes, quienes podrían ser reemplazados por cuatro autoridades zonales. La nueva estructura administrativa, además, permitiría estandarizar la calidad de servicios públicos básicos como limpieza, seguridad ciudadana y transporte (ATU). También evitaría absurdos enfrentamientos o discrepancias que en estos días han aflorado.

Del mismo modo, la autoridad metropolitana podría fijar los parámetros urbanísticos más adecuados para cada una de las “Limas”, como la regulación de las alturas para edificios, áreas mínimas de construcción, número de estacionamientos, áreas verdes y así organizar su densificación. Hay casos exitosos como Bogotá o Buenos aires, dicho sea de paso, con mejores resultados sanitarios en esta emergencia.