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Elecciones

Gonzalo Banda: “Pedro Castillo se equivoca si pretende ideologizar sus primeras medidas de gobierno”

El docente de Ciencia Política señala que Castillo debería “hacer reformas con sentido común que cumplan las urgencias del país”. También advierte que la insistencia de una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución puede ser un Waterloo.

Con urgencia. Banda indica que Castillo debe abocarse a atender problemas inmediatos. Foto: Rodrigo Talavera/La República
Con urgencia. Banda indica que Castillo debe abocarse a atender problemas inmediatos. Foto: Rodrigo Talavera/La República

La inminente proclamación del candidato de Perú Libre no limpiará la tempestad que domina a la política peruana. Banda señala que si Castillo quiere sobrevivir, le queda hacer reformas con sentido común que cumplan las urgencias del país. Advierte que la insistencia de una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución puede ser un Waterloo.

A días del Bicentenario, ¿nos encontramos con una República rota o será pasajero?

Hace dos años ya no había razones para el optimismo. Crisis económica, sanitaria y política prepararon el territorio para unas elecciones difíciles. Cuatro presidentes en cinco años y un Congreso disuelto fueron el fermento para esta crisis con candidatos con poco respaldo, un espacio polarizado y para una opción antisistema. Pero no estaba en el cálculo el desconocimiento de los resultados. En 2016, Keiko se mostró reacia a reconocerlos pero en ningún momento se defendían tesis disparatadas de fraude electoral.

¿El clima polarizado se disipará? El miércoles, una movilización de grupos radicales pretendía llegar a Palacio para sacar al presidente.

Keiko ha dicho abiertamente que no reconocerá los resultados, giro importante en su postura inicial. Habrá que ver la correlación de fuerzas en el Congreso y quién asume el control de la mesa directiva. El presidente de la República toma posesión del cargo en el Congreso, ¿será juramentado por un presidente del Parlamento que no cree en su victoria ¿El nuevo gabinete ministerial tendrá el voto de confianza? En años anteriores, estos actos parecían trámites. En un escenario donde se habla de fraude, no hay condiciones para el diálogo.

Ningún partido tiene mayoría en el Congreso, no hay contundencia para obstruir.

Es difícil predecir quiénes definirán el equilibrio de la balanza. Perú Libre negocia una coalición que tome el control de la mesa directiva. Si la concretan, dejarían en offside a la derecha.

Por otro lado, la posición de Castillo parece innegociable, la de insistir con la Asamblea Constituyente.

Perú Libre debería darse cuenta de que su victoria se dio en medio de una crisis general. Si creen que las adhesiones de segunda vuelta son fruto de sus propuestas ideológicas, la lectura es muy equivocada. Castillo equivocará el camino si ideologiza las primeras medidas pensando que obtuvo una victoria incontestable. Quienes estén en una coalición de gobierno lo abandonarán. ¿Qué pasa si fracasa el intento de la constituyente?, será su debilidad.

¿Si fuese su asesor político de cabecera qué le recomendaría?

(Sonríe) El profesor es muy inaccesible. En los últimos días lo noto cercano a Vladimir Cerrón, hay un silencio preocupante. Claro, por concentrarnos en el fraude, descuidamos la composición del gabinete. Le pasará factura, cuando lo proclamen tendrá menos de una semana para la transición. Lo conveniente es que no toque nada de lo funcional: proceso de vacunación y recuperación económica (...). Pero lo más cercano al gobierno de Castillo es la incógnita.

¿Lo real es que no habrá luna de miel?

Hay un hartazgo general con los políticos. Con este manto de dudas de la segunda vuelta es probable que por errores pequeñitos se le quiera en la guillotina (...). Sería penoso que un gobierno de un maestro de escuela rural termine sin hacer ninguna reforma. En un país que ha perseguido oxígeno, camas UCI, con racismo y un centralismo que te pisa y engulle, alguna reforma debe haber. Si Castillo equivoca el ámbito de la oportunidad política, desilusionará a sus votantes, siendo él quien es y de dónde viene. Pero esas reformas deben tener sentido común. Ahí todos lo apoyarán.

Ha escrito que con tanto señorón desinformado se sostiene la idea del fraude. ¿Solo es desinformación, o también hay racismo en no aceptar a un campesino en la presidencia?

Con el respeto que le tengo a Mario Vargas Llosa, me parece que él está profundamente desinformado, no creo que en él haya mala fe o mala entraña. Pero otra cosa es Alfredo Barnechea, se le nota el anclaje colonial, el tono en el cual se dirige a las autoridades electorales no lo he notado ni en Keiko. Abiertamente incitó a unirse a los militares. Me hubiese gustado que Flores Nano combata de esa manera agresiva cuando en 2001 y 2006 perdió su pase a segunda vuelta con Alan García. Parece que estos excandidatos quisieran interpelar a Castillo y decirle: ¡tú quién eres!, ¡a qué vienes, intruso! (…).

Keiko Fujimori

Keiko Fujimori

¿Este proceso electoral deja de saldo una derecha radical a la que se le cayó la careta?

Estuvo reprimida por vergüenza y porque no era partícipe de los debates públicos, sin ideólogos. Ahora encontró medios de comunicación que le permiten ese desfogue. Aunque no les guste a muchos, es un buen número de peruanos cansados de que no se les tome en serio, se les caricaturice, como ocurría con la izquierda radical. Cuando la opinión pública oye esos discursos, les presta atención, son cosas que nunca escucharon. López Aliaga es antisistema pero de derecha.

¿Es una derecha fascista?

Hay varias derechas en realidad: liberal, religiosa y conservadora, etc. Son facciones que ideológicamente no son lo mismo. La definiría como nuestra extrema derecha emergente con una identidad en proceso y una peligrosa apuesta: la invisibilización del otro. En esa parte de la campaña, no se buscó el debate sino la aniquilación del rival, anularlo, ridiculizarlo a tal punto de que no exista.

La derecha también ridiculiza a la izquierda con lo de caviares.

Cuando llenas de contenido a los opositores políticos y generalizas tanto, hay un desgaste. Todos son comunistas para la derecha extrema. El comunista Sagasti, el comunista Vizcarra y lo es la mitad del gabinete de PPK. No procesan las diferencias democráticas de todo el espectro. Trazan la línea, izquierda-derecha, progresista-conservador. Me parece ridículo el discurso contra los progresistas de izquierda que nunca son importantes en el momento de la elección, sí en el momento de las definiciones. Si a todo el mundo que piensa distinto a ti le dices caviar, nunca vas a ganar elecciones. Los progres de izquierda no son muchos, pero suelen inclinar la balanza.

Sin mayoría en el Congreso, ¿Castillo está en condiciones de hacer un gobierno apoyado en las masas, como Vizcarra que clausuró el Parlamento a pedido de la gente?

El populista hace eso, que asume la representación del pueblo contra la élite corrupta. Castillo es populista por excelencia. En teoría debería tener un enemigo político. Si el Congreso termina comportándose de manera beligerante, le facilitará las cosas a Castillo. Ahora, no sé si esto sea decisivo, no lo sé.

¿Es Keiko Fujimori un cadáver político con el atenuante de que en Perú todo es posible?

Comienza a parecerse a esa candidata que nunca le ganará a nadie, a lo que le ocurrió a Flores Nano en su momento. Perdió contra tres candidatos muy distintos. Humala, exmilitar con orientación de izquierda pero criollo; PPK, un señor con apellido polaco y estudios en Oxford, adulto mayor que pronunciaba mejor el inglés; y Castillo, un maestro de escuela rural. Si a estos no les ganó, ¿a quién le podría ganar?

Además, construye esa imagen de figura desestabilizadora de la democracia peruana; en las últimas encuestas ya la desaprueban.

Parece ser que a ella eso no le importa mucho. Está acostumbrada a vivir con esos márgenes de impopularidad. Ahora se le vienen procesos judiciales.

La narrativa del fraude electoral le pasa factura a las instituciones. Hay ciudadanos que creyeron esa versión, una encuesta da cuenta del descrédito de las instituciones electorales.

Hace un año el barómetro para las Américas advirtió la poca confianza de los peruanos en los organismos electorales, no obstante su aprobación va entre 40% a 45%. Eso indica que el peruano es sumamente desconfiado, sospecha de las instituciones porque estas no ofrecen justicia, hay la percepción de que todo se consigue por dinero o vara. Y en esa encuesta había la percepción acentuada de que los resultados electorales se compraban. Si a esto le agregas la retórica del fraude permitida en medios de comunicación, el impacto será mayor. Y esta idea de fraude también es percibida en el sector castillista, ellos también creen que los perjudicaron.

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Editor regional del diario La República, edición sur. Licenciado en Periodismo de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa. Trabaja para La República desde el 2003. Ha publicado libros sobre perfiles políticos regionales y literatura.