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‘Maracanazo’: la historia de hace 69 años que podría motivar a Perú

¿Cómo Uruguay venció contra todo pronóstico a Brasil en un estadio de 200.000 personas durante la final de la Copa del Mundo de 1950?

Hace 69 años, exactamente la tarde del 16 de julio de 1950, un gol del uruguayo Alcides Ghiggia silenció a las aproximadamente 200.000 personas que fueron testigos de una de las hazañas más grandes de la historia del fútbol.

Aquel día se disputaba el partido final del Campeonato Mundial de Fútbol en el estadio Maracaná de Río de Janeiro y a Brasil, país anfitrión, que venía invicto y de golear a Suecia y España, le bastaba un empate para alzar el primer título de su historia.

Pero lo impensado ocurrió.

“No tomé consciencia de su impacto hasta algunos años más tarde, cuando comenzaron a escribir libros sobre el tema y venían a entrevistarme”, contó el ídolo uruguayo Alcides Ghiggia a la AFP años después.

Aquel campeonato fue organizado por la candidatura voluntaria de Brasil tras doce años de pausa debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial y conllevó a la construcción del estadio más grande del mundo en ese momento: el Maracaná de Río de Janeiro.

Fue con este escenario rebosante de hinchas brasileros, ansiosos de poder celebrar el primer título mundial de su selección, cuando el arbitro inglés George Reader dio el pitazo inicial del partido a las tres de la tarde.


Final de la Copa del Mundo Brasil 1950. Foto: Difusión

Final de la Copa del Mundo Brasil 1950. Foto: Difusión

En la previa, el resultado parecía estar escrito: la euforia de ser locales, la organización del mundial, llegar sin haber perdido ningún partido, necesitar solo de un empate (aquel torneo se definía con una ronda final de cuatro equipos y modalidad todos contra todos), eran motivos suficientes para que corran los rumores de la preparación previa de pica pica, la impresión de las portadas del día siguiente de los diarios y el acuñamiento de la cara de los jugadores en monedas de parte del Gobierno de Brasil para celebrar el título.

Minutos antes del partido, Juan López Fontana, entrenador uruguayo, exhortó a sus jugadores a desplegar un fútbol defensivo para evitar una derrota humillante. La reacción del capitán de Uruguay Obdulio Varela, luego de que López se dirigiera a la zona técnica tras su pedido, fue decirle a sus compañeros: “Juancito es un buen hombre, pero ahora se equivoca. Si jugamos para defendernos, nos sucederá lo mismo que a Suecia o España”.

El estruendo del estadio y la gran intensidad de los cánticos animó a Varela a pronunciar su última arenga antes del inicio del encuentro: “Muchachos, los de afuera son de palo. Cumplidos solo si somos campeones”.

Todo parecía destinado cuando a los dos minutos del segundo tiempo, Alino Friaca Cardoso anotara el primer gol para el ‘Scratch'. El Maracaná estalló de felicidad y la victoria parecía estar más cerca; sin embargo, el amor propio de Uruguay pudo más: Juan Schiaffino empató a los 66.

Gol de Juan Schiaffino a los 66'. Foto: Archivo Marca

Gol de Juan Schiaffino a los 66'. Foto: Archivo Marca

Con este marcador Brasil seguía siendo campeón mundial, pero para la prensa y la afición de la época, el equipo no podía dar la vuelta simplemente empatando. Los jugadores avanzaron con todo por su segundo gol y Uruguay defendía hasta lo último.

A los 34 minutos, el capitán Varela lanzó un pase a Ghiggia, quién superó al defensa brasileño Bigode, fingió lanzar un centro y tiró un violento disparo entre el portero y el palo izquierdo, decretando el segundo gol de Uruguay y el silencio sepulcral de todo un país. Los medios locales contaron que el contraste de la euforia y los segundos de angustia de los espectadores dejó atónitos hasta a los mismos jugadores uruguayos.

Gol de Alcides Ghiggia para el 2-1 Foto: Difusión

Gol de Alcides Ghiggia para el 2-1 Foto: Difusión

Los últimos ataques de Brasil no cambiarían el rumbo de aquella final. Uruguay sería campeón y dejaría para la historia del fútbol una de las epopeyas más recordadas.

La decepción fue grande, el público salió en silencio y algunos llorando del estadio. La prensa brasilera al día siguiente emitiría comentarios incrédulos por la derrota.

Este domingo Perú enfrentará a Brasil en una final que se disputará nuevamente en el estado Maracaná, luego de 69 largos años. Se habla mucho del partido de 1950 y los fantasmas vuelven a aparecer en la prensa brasilera. Dicen que la historia en los partidos no cuenta, pero ésta puede servir de motivación a Perú: aquel equipo uruguayo más pequeño en el papel pero más grande en valentía.


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