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Cultural

Claudia Piñeiro: “Muchas de las cosas que hacemos en la vida es para olvidarnos que existe la muerte”

La escritora argentina, Claudia Piñeiro, fue ganadora del premio Dashiell Hammett 2021 por su novela negra “Catedrales”.

La escritora argentina es invitada de la Feria Internacional de Libro de Lima.
La escritora argentina es invitada de la Feria Internacional de Libro de Lima.

“¿Cuántas cosas del mundo podrían ser diferentes si nos dieran el tiempo de las moscas?”, pregunta Claudia Piñeiro (Buenos Aires, 1960). Los miles de ojos de estos insectos mandan muchos más fotogramas a su cerebro, por así decirlo, que el de los humanos al suyo. Así ven en cámara lenta y por eso nos es tan difícil acabarlas de un manotazo. “Ven como un slow motion la vida”, agrega. Precisamente su último trabajo lleva por título “El tiempo de las moscas” (2022), y tiene como protagonista a Inés Pereira, que fue el eje central de “Tuya” (2005), su primera novela. Piñeiro retoma la existencia de Inés luego que cumpliera condena en prisión. Ahí el personaje reflexiona de lo distinto que sería su vida con un poco más de tiempo. En pandemia, la ganadora del premio Dashiell Hammett 2021 por su novela negra Catedrales (2021), ingresó a un curso de entomología forense. Esa dicotomía de vida y muerte que encontró unidos por los insectos, le fascinó.

-¿Por qué se inclinó por la novela negra?

-Más que yo elegir la novela negra, la novela negra me eligió a mí. Cuando me pongo a escribir no pienso “voy a escribir una novela negra”. Después en la escritura aparece Latinoamérica con sus violencias, el enigma y la búsqueda de la verdad. Aparece un muerto y hay que develar que fue lo que pasó y entonces a posteriori alguien dice esto es una novela negra. Tienen todos los elementos, pero mis novelas no responden a las preguntas clásicas quien lo mató y por qué. En mi libro Catedrales hay un crimen que pasó hace 30 años y eso no es clásico en la novela negra. Hago un corrimiento a las preguntas clásicas para que aparezcan otras preguntas.

-¿No es un ejercicio consciente que toque temas de la novela negra?

-Me interesa la muerte como motor literario. Me gusta poner a los personajes frente a un abismo y que tomen decisiones mostrándome quienes son. Uno de los abismos que tenemos es la muerte, la incomprensión a la muerte y uno no sabe que es eso y no sabe cuándo le tocará.

-¿Es una obsesión el tema?

-La muerte, seguro, pero también la hipocresía, el rol de la mujer en el mundo, la búsqueda de la verdad, hay varias obsesiones. No me que quiero poner psicoanalítica, pero Sigmund Freud dice que hay tres temas que nos obsesionan y una de ellas es la muerte, que va más allá de la literatura. Muchas de las cosas que hacemos en la vida es para olvidarnos que existe la muerte. Si todos los días pensáramos que vamos a morir sería muy angustioso, sobre todo para los que no tenemos una religión que te dé una esperanza de un después.

-¿A usted personalmente le preocupa la muerte o es un tema solo literario?

-Es un tema que desde chica me obsesiona bastante. Tengo conciencia de la muerte y creo que hay gente que tiene menos conciencia. Quizás te cambiaría la palabra, tengo conciencia de la finitud de la vida. Sé que la vida es finita y uno acá tiene que hacer determinadas cosas. Si uno quiere ser una buena persona tiene que ser una buena persona acá. Si uno quiere ser feliz, tiene que ser feliz acá. No es que pienso que la finitud de la vida va a ser mañana, pero ya desde muy pequeña me obsesionaba saber que algún día no voy a estar más.

-¿Eso cómo se podría relacionar con el crimen, que es adelantar el momento final?

-Ahí hay certeza, hay alguien que dice ‘tu final es acá’ cuando hay un crimen, quizá uno prefería un final natural, no que otro decida. Ahí es donde interviene de alguna manera el autor de tú propia novela, que es tú vida.

-Condujiste “Confesiones en el laberinto” sobre la obra de Jorge Luis Borges. Para Borges no fue un género menor el policial.

-En la Argentina, tenemos la suerte que nuestros grandes maestros de la literatura eran fanáticos del policial. Borges y Bioy Casares trajeron y tradujeron a los grandes maestros de la literatura policial americana. Gracias a ellos, nosotros leímos mucho con su prestigiosísima serie el Séptimo Círculo que la dirigían Borges y Bioy. (Ricardo) Piglia que fue uno de nuestros maestros, era un amante del género y escribió policiales. Entonces tenemos el permiso de los grandes maestros de que el policial es literatura y punto. No es un género menor. Si vos hacés un recorrido por muchos autores, necesariamente tienen una novela policial. Juan José Saer con La Pesquisa, Luisa Valenzuela, Martín Kohan.

-Borges señalaba que el policial podría ser una metáfora existencial de nuestras vidas. Algunos podemos ser víctimas o victimarios.

-Hay algo en el policial que me resulta cómodo, que es su estructura. Mempo Giardinelli (Argentina, 1957) habla de la ética de la verdad: si hay que ir a un lugar es para averiguar la verdad. El policial no te garantiza si va a ver justicia, seguro que no, pero por lo menos vamos saber la verdad. No es como una crónica de diario donde a lo mejor nunca sabemos lo que pasó. Me resulta un camino cómodo que ya está trazado: hacia dónde tengo que ir al escribir. Después doy muchas vueltas, pero la sensación que tengo es saber a dónde tengo que ir.

Sobre su primera obra Tuya

Si Piñeiro hiciera un largo viaje, en su maleta no faltarían los libros de uno de los padres de la novela negra, Raymond Charndler, ni de la escritora escocesa Muriel Spark, ni de la mejor creadora del suspenso, Patricia Highsmith. Entre sus referentes peruanos sin duda está Mario Vargas Llosa. Menciona también a Alonso Cueto y entre los contemporáneos a Gabriela Wiener, Daniel Alarcón o Santiago Roncagliolo. En varias de sus novelas hay referencias a Perú. Sobre su primera obra Tuya han pasado 17 años.

-¿De qué manera se concibió a Inés, el principal personaje de Tuya?

- Estaba haciendo un taller literario de guion cinematográfico y se me ocurrió este personaje. Inés es una mujer absolutamente machista, que lo único que le importa es mostrar lo perfecta que es su familia, sin tener esa vida perfecta. Tuya es el monólogo interior de esta mujer que no sabe qué hacer cuando descubre que su marido mata a la amante, ¿lo dice o sigue adelante con esta vida hipócrita? (…) Hoy quizás muchas mujeres se ríen de lo que dice Inés. En “El tiempo de las moscas”, 15 años después, Inés sale de la cárcel a un mundo totalmente distinto. En un momento dice: yo sabía ser mujer y ya no sé ser más mujer. Cuando vuelvo atrás y leo Tuya también a mí como escritora me pasaron muchos años en medio y cuando me preguntan qué cambio, te diría que es el uso del lenguaje.

-¿Crees que Inés es un personaje más calculador que el marido?

-Creo que los dos son personajes grises y oscuros. El marido mató pero casualmente, de todos modos no es un ser que me guste. Lo que le pasó a Inés es que cruzó un límite. En El tiempo de las moscas ella reflexiona mucho sobre cómo nos marcan los hechos de nuestras vidas. Una persona comete un crimen y se lo condena a prisión. ¿Es cierto que se puede integrar a la sociedad? Además en las prisiones de Latinoamérica no contribuyen a que voz mejores. La sociedad, le promete al criminal una vuelta que no siempre se da para un asesino. Una persona sale de la cárcel, y en la noche vamos a cenar y te dicen “te presentó a alguien que estuvo 15 años en prisión por asesinato. No hay forma de integrar a esa persona a la sociedad.

-También hablas de la maternidad, para Inés es un estorbo tener una hija.

-Las dos novelas hablan mucho de la maternidad. En el 2005, no se hablaba de la mujer que no quiere ser madre. Inés tuvo una hija y dice ‘yo no soy madre, pero parí una hija. En El tiempo de las moscas, hay una posibilidad de acercamiento, de reflexión, a pesar de que Inés no quería ser madre. Ahora te encuentras con personas que dicen yo amo a mis hijos, pero estoy harto de maternar, antes era imposible escuchar eso, parecías una mala mujer si lo decías.

-¿Haces estudios forenses para escribir tus novelas?

-Hago muchos cursos forenses sobre la escena del crimen. Me encanta, aunque después no los aplico. En pandemia vi que había un curso sobre entomología forense, que es el estudio de los animales aplicados a resolver crímenes. Aparece un cadáver y se investiga. Si en las heridas hay huevos de mosca, eso determina el tiempo de muerto, si hay larvas es otro tiempo, si hay moscas volando es otro. Ayuda a determinar la fecha del crimen. Si esas moscas no son de la zona, se puede decir que se trasladó al cadáver. Me parecía interesante para Inés, una mujer que ya en Tuya hizo mucho estudio forense para ayudar al marido con la muerte accidental de su amante; decidiera poner una empresa de fumigación. Esto me llevó a investigar sobre las moscas en otro sentido. Hay una frase de la escritora Marguerite Duras en su libro Escribir que dice: si yo no contemplara y no la escribiera, nadie sabría de la muerte de una mosca. Inés se enoja con Duras porque ella quiere a las moscas, fumiga todos los insectos, menos a las moscas. La fumigación hace que Inés, quien mató, ingrese a las casas a matar insectos, pero ella empieza a poner los límites: qué se puede matar y que no, cuando está bien y cuándo no.

-Te preparas mucho para tocar ciertos temas de tus novelas.

-Tengo amigos que ni siquiera saben de pistolas y ponen cosas de pistolas y me dicen que no tienen la menor idea. A mí me inquieta mucho poner cualquier cosa, pienso que el lector del policial es muy perspicaz y están tratando de descubrir la trama. Si vos metés la pata, con alguno de estos detalles siento que se puede caer el interés. En mi novela La viuda de los jueves hay tres electrocutados en una piscina y quería ver como un cable lo producía. Llamé a un electricista gran lector que me explicó cómo hacer que se electrocutaran. Entonces no es que uso todo lo que averiguó, pero pongo esos detalles que me dejan tranquila.

-¿Cuál es el origen del título El tiempo de las moscas?

- Estudiando lo que entendí es que las moscas mandan muchas más fotos a su cerebro y ven en cámara lenta. Eso le permite salir volando antes que nuestra mano llegue y las atrape o mate. Mi personaje Inés se pregunta qué distinto sería el mundo si todos tuviéramos esa oportunidad, que es tener el tiempo de las moscas antes de que hagamos algo que no quisiéramos haber hecho o algo que nos perjudica. ¿Qué hubiera sido de mí si hubiera tenido tiempo de reflexionar un poco más y no matar? Me pareció fascinante el mundo en que se relaciona algo tan vital como ese insecto revoloteando sobre la muerte. Me sorprendió tanto que los insectos unan dos mundos que pensé estaban separados: los insectos y la criminología.

Redactor de la edición sur de La República. Estudió en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) de Arequipa. Trabaja en medios hace 10 años, con mayor interés en las crónicas.