Semana Santa: Olinda, la señora de las alfombras

Como más vale prevenir que lamentar, el autor se excusa con la señora Olinda, por no poder acompañarla el Viernes Santo en la elaboración de una alfombra de flores en Tarma, Junín.,Rolly Valdivia / Revista Rumbos Estimada señora Olinda Huachhuaco, Por intermedio de la presente le informo que no podré asistir a la cita, encuentro, reunión o como quiera llamársele, propuesta y programada para el Viernes Santo en la comunidad Andamarca Curis de la provincia de Tarma, región Junín, por razones de fuerza mayor, las cuales expondré en este documento. PUEDES VER: Don Modesto, el guía de Huagapo | FOTOS Antes de comenzar, permítame aclarar que mi ausencia no tiene nada que ver con la actitud distendida, zalamera, pícara y hasta irónica, que usted asumió en nuestro encuentro de la semana pasada, cuando me acerqué para pedirle que me develara sus secretos en la elaboración de las famosas alfombras de flores tarmeñas. Sabido es en la ‘Perla de los Andes’ que su comunidad destaca en ese arte, siendo usted algo así como la lideresa en esos avatares, razón por la cual decidí entrevistarla. Ante mi requerimiento y mi posterior confusión en el momento de apuntar su apellido, me lapidó con un contundente ¿usted de dónde es que no sabe escribir? No, no es por eso que no estaré presente en las procesiones del Viernes Santo y el Domingo de Resurrección, cuando la Plaza de Armas de su ciudad es ‘tapizada’ con miles de pétalos de crisantemos, rimac-rimac, rosas, claveles y margaritas, por citar solo algunas, que forman escenas rurales o estampas bíblicas, perfiladas con granos de café. Lo de las flores no me lo contó usted, me lo dijo Froylán Timoteo, el agente municipal de su comunidad, quien también me comentó que gracias a su liderazgo, Andamarca Curis consiguió un gran premio: la construcción de su local comunal, ese donde yo dormiría si no conseguía alojamiento en la ciudad. Un descanso merecido después de ayudar a los 180 comuneros y sus familias a prepararlo todo para la elaboración de la alfombra y, también, del arco de cinco metros de altura y cuatro cuerpos que se erige en la plaza. En ambos se utilizan 300 kilos de flores, invirtiéndose aproximadamente 2 500 soles. Pero eso no ocurrirá. Faltaré a la cita, encuentro o reunión que tenía pactado con usted. Esta vez los caminos me llevarán a la costa, no a la altura tarmeña. Espero que me disculpe y entienda. Son gajes del oficio, pero, eso sí, creáme que no le tengo miedo a sus bromas e ironías.