Áncash: seis ecosistemas de montaña que retendrán agua cuando los glaciares desaparezcan

Ante los efectos ocasionados por el cambio climático en los glaciares tropicales del Perú, el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), busca preservar las zonas ecológicas que proporcionarán agua a la población ancashina. ,Gunther Félix / Revista Rumbos La era del deshielo continúa. El Perú, que posee el 70 por ciento de los glaciares tropicales del mundo, ha perdido en menos de 50 años el 40 por ciento de la superficie de la cordillera Blanca (Áncash). Ante esta dramática realidad, es necesario proteger los pisos ecológicos que anteceden a las grandes montañas, lo cual es de vital importancia para las zonas andinas y costeras. PUEDES VER: Sabes cuáles son las cuatro Reservas de Biosfera del Perú ¿Cómo hacerlo? Para Marlene Rosario Guerrero, representante del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), es primordial promover la investigación científica y el turismo sostenible en dichas zonas, como lo plantea el corredor Andes Challenge, a partir del 2017. El Inaigem informa que en menos de 50 años, la cordillera Blanca perdió más del 40 por ciento de su superficie. Foto: Jorge Calderón “Como Inaigem, nuestro rol es promover la investigación de estos ecosistemas en beneficio de la población. Es importante proteger algunos pisos ecológicos como los bofedales, los cuales tomarán la posta en este proceso de regresión glacial”, explica Guerrero a Rumbos. Según la experta, estas son las seis fuentes de aguas naturales que se deberían proteger en Áncash. 1. Los bofedales de Llaca A más de 4 000 m.s.n.m. existen parcelas de investigación. Actualmente, en este ecosistema con bosques de queñua o polylepis, praderas nativas y bofedales, se está acumulando agua de la regresión glaciar. Aquí se han colocado cercos eléctricos en áreas extensas que servirán como centro de investigación”. 2. Especies forestales ribereñas Hace 20 años en las orillas del río Quillcay, cerca a la alameda Pastorita de Huaraz, existían diversas especies forestales, como los alisios. Sin embargo, con la expansión urbana estos fueron desapareciendo. Su función principal era la de regular la erosión del borde de los ríos. “En este espacio vamos a recuperar las especies forestales ribereñas y replantar algunas que ya no existen”. A través del corredor Andes Challenge, se busca promover el turismo y la ciencia en seis ecosistemas de montaña. Foto: Jorge Calderón 3. Los pajonales de la Cordillera Negra Los pajonales de la cordillera Blanca aún están en plena evolución, mientras que los de la cordillera Negra ya se encuentran desarrollados. “Allí buscamos identificar las especies claves. Hay especies altoandinas que están siendo deterioradas”. 4. El poderoso cushuro Una de las algas más proteínicas del Perú no se sitúan en el mar, sino en la sierra. Ese es el caso del cushuro, cuya reproducción masiva es desarrollado en Coltus, cerca del desvío a la Mina Huinac. “Esta es una alga altoandina con mucha proteína que se comercializa en Huaraz”. El alcalde de Culebras, forma parte de las autoridades que respaldan el corredor turístico-científico. Foto: Jorge Calderón 5. Las puyas de Cajamarquilla Al igual que en la quebrada de Llaca, aquí también hay parcelas de investigación ya instaladas para la recuperación y conservación de una especie en peligro de extinción: los bosques de puyas de Cajamarquilla. El objetivo del Inaigem es declararlo como un área de conservación privada. 6. Bosque de Eriotecha En el valle El Molino, entre los 1 200 y 1 800 m.s.n.m., se recupera la eriotecha, una importante especie para la regulación hídrica en zonas de poca precipitación. Eso es lo que ocurre cerca a los valles de Huarmey, donde las lluvias son escasas. Aquí también se plantea la idea de un área de conservación privada.