Peruano decepcionado tras conocer el Cristo Redentor cubierto de neblina: “Mis ahorros”
Turista peruano experimentó una gran decepción durante su viaje a Brasil para visitar el Cristo Redentor. "Estoy 'salado'", se lamentó.
El viaje a Brasil de un peruano terminó con una gran decepción tras visitar el Cristo Redentor. El turista no esperaba encontrarse con la maravilla envuelta en una espesa niebla que no permitió apreciar la vista panorámica de la ciudad de Río de Janeiro, algo muy deseado por los visitantes. Incluso, el propio monumento estaba tan cubierto por la neblina que el muchacho tuvo que esperar varios minutos para tomarse algunas fotografías.
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Peruano contó su experiencia tras conocer el Cristo Redentor cubierto de neblina
De acuerdo con el video compartido por el creador de contenido Iojan Ramos en TikTok, programó meticulosamente su viaje a Brasil y tenía todo listo para ascender a la cima del cerro del Corcovado. Abordó el tren y, aunque hubo bastantes turistas, logró llegar al punto para ascender caminando a la maravilla. "Llegamos rápido, la verdad, ahora toca subir", contó.
Peruano contó su experiencia en Brasil. Foto: composición LR/iojanramoss/TikTok
En un inicio, el joven peruano grabó desde lejos la famosa estatua de Jesucristo, pero en cuestión de segundos desapareció a causa de la neblina. "No sé por qué siento que tengo mala suerte con las maravillas del mundo. Fui a Cusco y no pude ir a Machu Picchu por las manifestaciones. Ahora vengo a Brasil y una neblina terrible. Soy salado, subiré la foto a Instagram, nada de estar burlándose", indicó a sus seguidores.
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De esta forma, tuvo que esperar varios minutos para que se despejara y pudiera tomarse algunas fotografías. Tras ello, el panorama mejoró un poco, pero aún así no se pudo apreciar la vista panorámica de Río de Janeiro. "Déjenme solo que voy a estar esperando que se despeje mientras lloro. ¿Por qué a mí?", agregó el influencer.
Río de Janeiro es la ciudad de Brasil donde se encuentra el Cristo Redentor. Foto: Freepik
Usuarios dieron recomendaciones a turistas que viajan para ver al Cristo Redentor
"Mis ahorros", "Ese soy yo cuando fui a Machu Picchu, la neblina tapó todo y no se pudo ni tomar fotos", "Solo le faltó decir: 'Tanto que me costó ahorrarlo'", "Creo que fuiste en mala época, en febrero y marzo estaba haciendo mucha calor en Brasil", "Qué 'salado'", "Yo viendo a la joven que se tiraba al piso para tomar una foto", "Te entiendo, yo también soy 'salada'", "Los mejores meses para visitar el Cristo Redentor son de mayo a agosto", citaron usuarios en TikTok.
¿Cuál es la mejor temporada para viajar al Cristo Redentor?
El Cristo Redentor es una famosa estatua de Jesucristo y es uno de los monumentos más emblemáticos y reconocidos en todo el mundo. Tiene una altura de 30 metros, a los que se suman 8 metros del pedestal, y sus brazos se extienden 28 metros de ancho.
La mejor temporada para visitar el Cristo Redentor en Río de Janeiro suele ser durante los meses de mayo a agosto. En estos períodos, el clima es más templado y seco, lo que permite disfrutar de vistas más claras desde la cima del cerro del Corcovado.
Además, hay menos turistas en comparación con los meses de verano (diciembre a marzo), cuando la ciudad experimenta altas temperaturas y una mayor humedad.
Es importante considerar que, incluso en la mejor temporada, el clima en Río de Janeiro es impredecible y la niebla puede obstaculizar la visibilidad en la cima del cerro. Por lo tanto, se recomienda verificar las condiciones meteorológicas antes de planificar la visita al Cristo Redentor.
¿Qué tiene de especial el Cristo Redentor?
El Cristo Redentor es una imponente estatua de Jesucristo ubicada en la cima del monte Corcovado en Río de Janeiro, Brasil. Con una altura de 30 metros, más su pedestal de 8 metros, y una envergadura de 28 metros, esta majestuosa obra es un símbolo de la fe cristiana y un ícono cultural de Brasil. Inaugurada en 1931, la estatua es famosa por su impresionante arquitectura, con un revestimiento de pequeñas piezas de piedra jabón, que le otorgan resistencia a la erosión y le dan un brillo característico.
