El referéndum es un instrumento democrático directo, en casi todo el mundo es utilizado como cortina de humo para evitar la atención en los verdaderos problemas, tal como sucederá el próximo domingo. ,César Caro Sociólogo Coincido con Churchill: “la democracia es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes”, pero también cuando dice: “El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio”. Porque en la mayoría de los casos, los votantes obedecen a emociones antes que a razones, haciendo que a través de los tiempos la turba una y otra vez favorezca a Barrabas sobre Jesús. Por ello, al margen de que el referéndum es un instrumento democrático directo, en casi todo el mundo es utilizado como cortina de humo para evitar la atención en los verdaderos problemas, tal como sucederá el próximo domingo, en el cual deberemos aprobar o rechazar cuatro propuestas, que a ciencia cierta nadie sabe quién las preparó, pero cuya aprobación o rechazo es previsible, pero que no significarán nada para atacar en sus raíces la corrupción judicial; para la creación de verdaderos partidos políticos; para contar con un Parlamento acorde con los tiempos modernos y para –lo más importante quizás- contar tanto con buenos electores como candidatos, los que, con raras excepciones, pareciera que ha desaparecido en los últimos años. Y aquí me pregunto: ¿por qué no hacer un referéndum con preguntas peligrosas para el denominado pensamiento único?... Y cuidado: las ideas peligrosas no son necesariamente las que amenazan vidas o las que causan daño. Mayormente son las que provocan la incertidumbre y cuestionan el status quo. Preguntar, por ejemplo, si se está de acuerdo en cuanto a las actuales relaciones entre Estado y mercado; sobre la centralización y descentralización; sobre el papel de la propiedad privada y el estado en la explotación y propiedad de las concesiones, sobre todo las mineras, aparte de otras tantas como las portuarias, telefónicas, gasíferas, etcétera y el papel que juega en ellas la inversión extranjera; sobre la necesidad de repensar críticamente el modelo educativo, los medios de comunicación y otros tantos temas. Los gobiernos se rasgan las vestiduras honrando a ilustres pensadores como González Prada, Basadre, Mariátegui, Quiroz y otros, pero ocultan su pensamiento: “Hay que sanearse y educarse a sí mismo, para quedar libre de dos plagas igualmente abominables: la costumbre de obedecer y el deseo de mandar. Con almas de esclavos o de mandones, no se va sino a la esclavitud o a la tiranía”; o: “Vemos ambular ejemplares humanos que juegan con las palabras, simulan creer en ideales, entonan sonriendo los cánticos de la liturgia –religiosa, política, intelectual, profesional- pero en lo íntimo son esencialmente cínicos o escépticos”; “Sin maestros auténticos, sin rumbos austeros, sin direcciones altas, la juventud no puede andar bien encaminada”; “Se requiere de una reforma constitucional exhaustiva para así garantizar una independencia efectiva de los tres poderes del estado, la existencia de pesos y contrapesos”. Pero como el referéndum es superficial e inconsistente, me temo que a partir del día siguiente, semanas y meses, la situación continuará en esencia igual. Tan solo espero que la pata de conejo -aunque hay quienes dicen que tiene el conejo entero- del presidente Vizcarra le permita superar el horizonte tormentoso que pareciera que se va a dar.