Gustavo Petro: confianza de cambio y temor de dictadura en una posible presidencia en Colombia
Los colombianos elegirán a su próximo presidente el domingo 29 de mayo. La juventud de dicho país exige cambios y mejoras en las condiciones de vida.
Colombia se prepara para unas intensas elecciones, las cuales se realizarán el próximo domingo 29 de mayo, y en las que por primera vez la izquierda podría llegar al poder de la mano del senador y exguerrillero Gustavo Petro, favorito en todas las encuestas.
Petro lidera con 41% de adhesiones, aunque no tendría el apoyo suficiente para evitar un balotaje el 19 de junio.
El país cafetero se encuentra dividido entre el ánimo por ver cambios en su nación y el miedo histórico a la izquierda.
Una de las polémicas en las que se ha visto envuelto es en un mensaje que supuestamente había compartido en su cuenta de Twitter en 2012. En este, el aspirante a la presidencia afirmaría querer llegar al poder para terminar el legado de Hugo Chávez. Así lo aseguran decenas de usuarios en redes sociales.
La agencia de noticias EFE manifestó que “no hay registro de dicho tuit, que tiene 229 caracteres cuando, en 2012, Twitter solo dejaba escribir 140″.
El mensaje decía lo siguiente: “Mi mayor deseo es llegar al poder para continuar el legado de Bolívar, legado de Hugo Chávez. Una vez lo obtenga no volverán a ver un oligarca en la Casa de Nariño. Cerraremos los medios que se han encargado de engañar al pueblo”.
Este tuit ha sido desmentido por razones como la cantidad de caracteres que permite la red social, que no hay registro de la publicación o que las fotografías no coinciden.
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Asimismo, el programa “Al punto” de Jorge Ramos, en su entrevista a Petro, le preguntó sobre si considera a Hugo Chávez un líder político, a lo que el candidato respondió que cree que fue elegido popularmente y que el autoritarismo en Venezuela está acabando con todas las libertades.
María Peláez Álvarez, una mujer de 60 años, declaró para Radio Francia Internacional y aseguró que su candidato no será el de la izquierda: “Hasta ahora, quiero que el presidente de Colombia sea Sergio Fajardo. Yo soy de Centro Esperanza. Debemos de pensar muy, muy, muy bien a quién vamos a elegir de presidente”.
Afirmó que la situación en Venezuela le da miedo: “Si nosotros no tomamos conciencia como colombianos, podemos llegar más tarde a ser una segunda Venezuela”.
Por otro lado, la izquierda busca dar tranquilidad a sus votantes. “Tenemos tres millones de jóvenes nuevos votantes en Colombia, pero, además, los jóvenes fueron el corazón, como ocurrió en Chile, de un gran movimiento social contra un régimen que ha gobernado mal, que ha echado a perder la paz”, afirmó Roy Barreras, líder de los debates parlamentarios y representante del partido.
“Yo firmé hace cinco años en nombre del Estado colombiano el Acuerdo de Paz y hoy lo que tenemos es un retorno a la violencia, pero también hubo unas normas tributarias que regalaron recursos a los megaricos del país y que no permitieron que se reactivara la economía desde la paz. Los jóvenes tumbaron esa reforma y los jóvenes son un potencial grande en el cambio que será el Pacto”, continuó.
Es común oír a comerciantes y transportistas decir que Petro alentará el “odio de clases”. Temen que descarrille la economía con sus “expropiaciones”, pero, sobre todo, no le perdonan su pasado como guerrillero del M-19, movimiento en el que militó por 12 años antes de firmar la paz en 1990.
Sin embargo, dejó una nueva rama de olivo antes de abandonar la tarima: Todo aquel “que haya votado por Uribe en este siglo o por el que dijo que Uribe (...) no va a ser perseguido por nosotros, van a ser respetados en sus bienes, en sus vidas, en sus dignidades”.
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“La razón por la cual Gustavo Petro va punteando en las encuestas es que la expectativa de cambio más clara la personifica él porque es una persona que la gente no percibe como miembro del establecimiento político”, dijo a EFE Sandra Borda, analista política y profesora de la Universidad de los Andes.
Sobre el candidato, Federico ‘Fico’ Gutiérrez advirtió que “el cambio no puede ser un salto al vacío”, en alusión a los temores que despierta el candidato de la izquierda en un amplio sector del país por haber hablado en el pasado de simpatía con el chavismo y de expropiaciones, algo de lo que le ha costado trabajo desmarcarse.
“Hay una parte de ese temor que me parece que es infundado, que es esta idea que ha tratado de difundir la derecha de que Petro va a convertir a Colombia en Venezuela, que es una gran exageración”, añadió la analista.
Borda explicó “que el hecho de que alguien esté proponiendo políticas de reforma social y económica no necesariamente quiere decir que vayamos a terminar como Venezuela”, pero sí ve que hay declaraciones viejas de Petro que, aunque han cambiado, no parecen “completamente comprometidas con la institucionalidad del país ni en algunas ocasiones parecen ser demasiado respetuosas del Estado de derecho”.
