La bancada de PPK y su drama de no animarse a enfrentar al fujimorismo

Relaciones peligrosas. Es difícil convivir con una mayoría aplastante, pero cuando el oficialismo ha tenido la oportunidad de mandar un mensaje de solidez a FP ha dejado pasar la chance. Congresistas reclaman al gobierno ser tomados en cuenta.,"Tensa" y "ambigua". Así es descrita la relación entre la bancada del gobierno y la del fujimorismo, luego de que La República les pidiera su opinión a legisladores de Peruanos por el Kambio (PPK). PUEDES VER: Hasta 20 años de cárcel para quienes cometan delitos en banda La tensión responde a que, como explicaron los consultados para esta nota, es difícil convivir con un bloque, el de Fuerza Popular, tan grande. El esfuerzo de convencimiento y negociación es muy alto. Y la ambigüedad es porque, a veces, PPK se anima a oponerse a ciertas decisiones de la mayoría, como haber votado en contra de la designación del secretario general de FP, José Chlimper, como nuevo director del Banco Central de Reserva (BCR), aunque al mismo tiempo respalde la propuesta de Elmer Cuba, que fue parte del equipo económico fujimorista en la pasada campaña presidencial. "A veces nos falta atrevernos más cuando se nos presenta la oportunidad", dijo un entrevistado. Esta falta de atrevimiento 'ppkausa' se grafica en la siguiente escena. El jueves 13 de octubre se aprobó la ley contra el transfuguismo, apurada por Fuerza Popular cuando ya había sufrido la deserción de Yeni Vilcatoma. En una bancada en la que la gran mayoría de sus miembros son invitados (la propia Vilcatoma lo era), el interés de FP por sacar adelante una norma que penalizara a los congresistas que optaran por pasarse a otro partido resultaba comprensible. Ese día, sin embargo, el bloque fujimorista no estaba completo. Por ese motivo, requería del apoyo de otras fuerzas para alcanzar los 66 votos que exige cualquier modificación del Reglamento del Congreso, el cual tiene rango de ley orgánica. En ese escenario, en la bancada de PPK se armó un debate interesante, impulsado por Juan Sheput y Vicente Zeballos. Ambos legisladores expusieron que esta chance era propicia para demostrarle al fujimorismo que, incluso siendo minoría, el gobierno podía "hacerle el pare" a FP, de acuerdo con la versión recogida de testigos de la conversación. Eso requería, por cierto, que el oficialismo asumiera una posición unitaria en contra de la ley. Al final, con el aporte de Mercedes Aráoz, Carlos Bruce, Gino Costa, Alberto de Belaunde y Pedro Olaechea, FP alcanzó los votos que necesitaba. Y santo remedio: el peligro de que FP sufra deserciones quedó contenido, al menos por el momento. Falta política Analistas y periodistas han escrito sobre la relación entre el gobierno y el fujimorismo. Similar conclusión parece atravesar dichos textos, la existencia de un poder compartido: de un lado el Ejecutivo y, del otro, un Congreso impulsado por una mayoría con los votos suficientes para imponer su propia agenda. Por ejemplo, Mirko Lauer señaló en una reciente columna que la inasistencia de Luz Salgado al Consejo de Estado (para hablar sobre temas de corrupción) es un mensaje político. Según esta lectura, FP está esperando, en realidad, que se "ahonde" el desgaste del Ejecutivo; en un escenario así, al fujimorismo le sería más factible "empezar la prometida realización de su plan de gobierno" desde sus 72 curules. Por su parte, Gustavo Gorriti escribió que "para todo propósito práctico" el "bonachón PPK" controla el Ejecutivo y "la virtualmente invisible pero siempre autoritaria Fujimori" hace lo propio con el Congreso. En ese contexto, una de las preguntas recurrentes es por qué el gobierno no aprovecha al máximo a sus alfiles y plantea una respuesta más política frente a un fujimorismo que no encuentra mayor contención. El domingo pasado este diario dio cuenta del malestar de la bancada oficialista frente al Ejecutivo porque los congresistas sienten que no son tomados en cuenta. A veces tienen que enterarse de temas sensibles que comprometen al gobierno a través de los medios de comunicación. Eso ocurrió con el caso del ex consejero presidencial Carlos Moreno. Solo cuando este último salió a declarar a RPP para intentar desvirtuar la denuncia en su contra y acusar a Palacio de un supuesto "chuponeo", los congresistas de PPK se enteraron del entuerto en su real dimensión. Antes de eso, conocían del caso sin mayores detalles. "¿Cómo se puede defender a alguien si no te ponen al tanto?", se preguntó un integrante de la bancada gobiernista. Para esta fuente, el problema de fondo es que desde el Ejecutivo se privilegia la mirada tecnocrática sobre la respuesta política. Y gobernar es, en esencia, política pura y dura. Se optaría por expulsar a quien filtró mensaje En Peruanos por el Kambio mandaron a consultar con peritos en temas informáticos para que los ayudaran a encontrar al responsable de la filtración de un mensaje del chat privado de la bancada. En él, Gilbert Violeta señala que el presidente Pedro Pablo Kuczynski ha sido “secuestrado por un grupo de poder”. Como otros medios han informado, sobre dos personas recaen las principales sospechas: el propio Violeta y su colega Roberto Vieira. El rumor es que existiría ya un informe. Frente a los rumores, Vieira ha salido a exigir que todos se sometan a una prueba de polígrafo. El ánimo dentro de PPK es que si se determina con claridad quién filtró el mensaje, tendrá que ser separado del grupo parlamentario de forma definitiva. La clave La votación del jueves en el Congreso demostró, además, la desconexión entre el gobierno y la bancada oficialista. Porque mientras el presidente Pedro Pablo Kuczynski dijo que José Chlimper era una persona calificada para el BCR, los congresistas optaron por negarle su confianza.