Sobre cómo un lío familiar mella la estabilidad política.,Era previsible que Keiko Fujimori iba a tener problemas para manejarse como lideresa de la oposición si tenía frágil el frente interno por el surgimiento de un peso alternativo como el de su hermano Kenji, y que el principal perjudicado sería la estabilidad política y económica del país.El pleito entre los dos hermanos no es reciente. Durante la pasada campaña salió a la luz más de una ocasión en la que Kenji exhibió su discrepancia con Keiko, siendo la más evidente el hecho de no ir a votar por ella en una elección que, en el tramo final, se disputó voto a voto. Pero parecía que el escenario post elección había tranquilizado a todos. Keiko se manejaba con relativa comodidad focalizando su estrategia en la relación con el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski.Eso ocurría hasta que empezaron a producirse, a inicios de este año, expresiones crecientes de la intención de Kenji de desmarcarse. Al comienzo solo fueron opiniones sutilmente discrepantes sobre los derechos de las minorías, que luego fueron más abiertas y notorias, y se ampliaron a la defensa de la libertad de expresión.Todo ello marcaba un posicionamiento de Kenji independiente de su hermana, desnudando un conservadurismo y vocación contra las libertades democráticas por parte de Keiko.Y mientras todo eso iba en marcha, explosionó el problema de fondo que los separa, que no es otro que un pleito familiar con evidentes implicancias políticas: la perspectiva de Alberto Fujimori en la Diroes.Kenji estuvo dispuesto a apoyar la ley Vieira para que su padre cumpla el resto de su condena como arresto domiciliario –sin perjuicio de seguir pidiendo el indulto–, pero su hermana se opuso haciendo que la bancada de Fuerza Popular (FP) votara en contra y planteando, otra vez, un recurso para anular la condena a 25 años de cárcel respecto del cual existe relativo consenso que no va a prosperar y que solo es una manera de salvar la cara para no quedar ante la opinión pública como una ‘mala hija’.Lo que sigue es una tensión creciente con riesgo de ruptura en FP entre un sector mayoritario que seguiría a Keiko, y uno minoritario relacionado a Kenji y Alberto; así como otra tensión creciente entre la mayoría del congreso y el gobierno de PPK, el cual va a ser arrinconado mediante amenazas parlamentarias al gabinete, además de la concreción de represalias contra la prensa.Es un caso que evidencia, una vez más, cómo un lío familiar no resuelto termina perjudicando la marcha política y económica del país.