La idea de entregar las operaciones de distribución del agua de Sedapal al sector privado sería solo el primer paso para luego hacer lo propio con las otras 48 entidades del ramo en todo el país. Así lo advirtió Luis Isarra, secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores de Agua Potable (Fentap), quien consideró que tanto el ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento como el viceministro de Saneamiento están jugando con los trabajadores del sector al negar la privatización, cuando “todos los documentos están sobre la mesa”. Agregó que la preocupación de su gremio, además de los despidos masivos, es que el agua se vuelva una mercancía y, por tanto, los peruanos tengan que pagar más para acceder al agua potable en sus caños y duchas. El dirigente de la Fentap agregó que la mejor muestra de que la privatización de una empresa de agua potable no funciona en ninguna parte del mundo está en Tumbes, donde hace ya diez años fue entregada a los privados en su fase de distribución y comercialización del servicio y, ahora, el Estado debe subsidiarla, pues no se alcanzaron los niveles esperados de cobertura ni de nuevas conexiones.