“Es muy común probar las relaciones libres, sufrir tanto como en la monogamia y salir huyendo”

Miguel Vagalume Sexólogo. Fundador de Golfxs con Principios.,Miguel Vagalume es uno de los activistas de las sexualidades no convencionales (BDSM, fetish, LGBT, queer, poliamor, swinger...) más reconocidos de España. Desde los años 90 forma parte de comunidades no monógamas y desde hace casi una década fundó Golfxs con Principios, un colectivo que organiza encuentros, talleres, charlas y debates para reflexionar en torno a las relaciones sexoafectivas en el marco de cierta ética, porque “no todo vale”. Que sean “golfxs”, pero “con principios” alude a la importancia del consenso (entendido como el deseo de todas las personas involucradas de participar en algo, sin coacciones, ni manipulaciones, ni presiones) y de la honestidad con las personas a quienes queremos. Su principal inspiración ha sido el libro The Ethical Slut, que él mismo tradujo al español como Ética Promiscua (Melusina) y que sigue siendo una guía para las prácticas sexuales y relaciones no convencionales, que ha influido en muchísima gente. Pero también lo han hecho las ideas de Wilhelm Reich (La revolución sexual), el pensamiento feminista y el activismo por la diversidad. ¿Cómo llegaste hasta aquí? Cuando tenía 16 años salíamos un amigo y yo con nuestras novias, dos parejas de adolescentes heterosexuales como hay tantas. En una broma con la novia de mi amigo, ella decide aparentar que se besa conmigo, y mi amigo y la que en ese momento era mi novia comienzan a besarse de verdad. Volvimos a nuestras casas pero habiendo intercambiado para siempre nuestras parejas. Y recuerdo de ese día la extrañeza inmensa de que nadie se quejó, ni lloró, ni se enfadó... Eso me cambió la manera de verlo. A finales de los 90 me mudé a Brighton en Gran Bretaña, donde estuve un par de años y descubrí que la diversidad se puede vivir con total tranquilidad y transparencia, sin sensación de estar cometiendo un delito, de estar haciendo algo prohibido, vergonzoso. Vivimos en sociedades donde se da por sentada la monogamia. ¿Dónde encuentras el origen de este relato totalizador de nuestra afectividad/sexualidad? Uno de mis maestros, Marcos Sanz, sociólogo especializado en sexualidad suele decir: “Se le llama natural a lo que se le han borrado las huellas de cómo ha sido impuesto”. Se pueden buscar todas las justificaciones que se quieran para intentar convencernos de que “lo natural” es la monogamia, pero si fuera tan natural no se perseguiría con tanta saña cualquier alternativa. Brigitte Vasallo ha hablado mucho sobre esto: La monogamia es una manera de entender el mundo, la otredad, la defensa de lo que hacemos nuestro frente, a quien convertimos en enemigo. ¿Es la historia de la infidelidad un argumento a favor de quienes defienden otro tipo de relaciones no necesariamente cerradas? La infidelidad es solo una de las manifestaciones previsibles de lo imposible que son las relaciones románticas idealizadas: Esperar que nuestro deseo sea satisfecho por una sola persona, que solo deseemos a una persona. Que una sola persona sea nuestro mayor apoyo en los momentos duros, quien mejor comparta el proyecto de tener criaturas, quien nos ayude económicamente cuando las cosas van mal... Y todo eso durante años y años, cuantos más años mejor. Cuanto más dure, más exitosa se considera la relación... al mismo tiempo que se hace más probable la aparición de la rutina. ¿Y qué se puede hacer con toda esa presión? Lo que defendemos es que se contemplen como igual de válidas las relaciones entre más de dos personas, y que revisemos las bases sobre las que se basan esas uniones en estos momentos. Por ahora se le dan una serie de ventajas a la unión romántica de dos personas (en muchos países únicamente de un hombre y una mujer) superiores a las dadas a otro tipo de uniones, que a veces ni son permitidas o se dificultan enormemente. Últimamente se habla de relaciones no monógamas en lugar de poliamor. ¿Cual es la diferencia de matices? Mi impresión es que este cambio de denominación se está produciendo porque al principio lo que más llamó la atención fue el poliamor. La diferencia está en que el poliamor es un solo modelo de relaciones (varias relaciones románticas simultáneas, libres y consensuadas) y con el tiempo han aparecido más opciones, como la anarquía relacional, o las relaciones conscientes, que ponen el foco en el crecimiento personal y que incorpora la espiritualidad sin cerrarse a que haya varias relaciones simultáneas, pero sin ser un elemento imprescindible del modelo. Con el tiempo se intenta encontrar una denominación que englobe todas las alternativas al modelo de relación predominante, la monogamia. ¿Y por qué fracasan las relaciones poliamorosas? ¿Cuáles son las dificultades más comunes cuando nos embarcamos en una relación no convencional? Bueno, las relaciones abiertas fracasan pero un porcentaje altísimo de las monógamas también. Afortunadamente ya no tienen que durar para toda la vida, sino el tiempo que las personas involucradas se esfuerzan para que salga adelante. La diferencia con las relaciones no convencionales es que a veces no se es consciente que habrá una presión continua en que lo que haces es erróneo y no va a salir bien. No hay manual que valga. Conviene tener presente que ese proceso de probar las relaciones libres y salir huyendo es el más común: Se viven relaciones monógamas y se tiene la sensación de que se sería más feliz en una relación abierta. Se prueba y se sufre tanto como en la monógama. No es tan simple como salir de un corsé y meterse en otro. Es un proceso que supone salir de un modelo, meterse en otro, descubrir que tiene sus obstáculos y... en ese momento comenzar un largo proceso para encontrar la manera que mejor se adapta a nuestra propia biografía, a nuestras propias particularidades. Un proceso que puede durar años.