Internet, riesgo en cadena

Hace dos viernes, Dyn, la compañía que provee servidores a varias empresas de Internet, colapsó y, con ella, grandes plataformas y websites, como Twitter y Spotify, que permanecieron inaccesibles durante horas, en lo que constituye el mayor ciberataque de la última década. ¿Por qué es tan vulnerable Internet? ¿Conviene instalar un sistema de casa inteligente?,–Si un hacker accede a un refrigerador conectado a la red, y este a su vez está conectado a una empresa o al sistema de pedidos de una tienda, el hacker puede acceder a lo que quiera en tu red local. PUEDES VER: Twitter anuncia el fin de la aplicación Vine en celulares El aviso de alerta le pertenece a John MCAfee, el creador de uno de los antivirus más famosos del mundo. Lo dio en agosto pasado, en la Conferencia Internacional de Seguridad, en China. No pasó mucho tiempo para que se encendieran las alarmas. El viernes 21 de octubre, en Europa y la costa este de los Estados Unidos se produjo un ataque múltiple de denegación de servicio (Distributed Denial of Service) contra la compañía Dyn, uno de los intermediarios claves de la red, que transporta a los usuarios al website correcto. Amazon.com, por ejemplo. En este caso, se generó un gran flujo de solicitudes de información desde varios puntos de conexión. Las webs se saturaron y el servidor dejó de funcionar. Fueron tres ataques a lo largo del día que no solo impidieron que millones de tuiteros compulsivos dejaran de informarse o alardear de su concisión. Tampoco que dejaran de escuchar sus listas de Spotify. O que las empresas que ofrecen ventas por Internet redujeran sus ingresos y los usuarios no consiguieran sus productos. Es lo de menos. Al paralizarse Internet, quedó al descubierto una de sus grietas más hondas, de sus caras más vulnerables. El ataque, cuyos autores aún se desconocen, pero se le atribuyó a New World Hackers, un colectivo repartido entre Rusia y China, fue perpetrado por un malware llamado Mirai que infectó y convirtió a inofensivos dispositivos conectados a la red, como cámaras de vigilancia, monitores para bebés, impresoras y demás bondades de la Internet de las Cosas (Internet of Things), en un ejército de robots informáticos, con un impacto catastrófico. ¿Por qué sucedió? La gran mayoría de dispositivos no cuentan con un antivirus. Han sido concebidos básicamente por sus fines utilitarios, dejando de lado sus mecanismos de seguridad. Mientras las computadoras se actualizan constantemente con nuevos filtros, estos artefactos no tienen cómo. Y si tienen la manera, usualmente el usuario las desconoce. Casas inteligentes Cerrar las cortinas sin pararte de la cama; prender y apagar las luces de la sala mientras te encuentras en tu cuarto; controlar el agua de la cocina y el baño; regar tus macetas; todo manejado con un aplicativo desde un smarthphone, una tablet o una laptop. Internet de las cosas, así le llaman. Imaginarlo en el Perú no es nuevo. Existe desde hace cinco años. Y tiene horizontes de crecimiento. En el país, el número de internautas crece a un 10% anual, según consignó comScore, compañía de investigación de marketing en Internet, en abril pasado. Se prevé que en el 2019 los usuarios de la red aumenten a 19 millones, que equivale a un 60% de la población. Si miramos de reojo al pasado, el salto es abismal: En el 2005 solo el 17% de peruanos navegaban en Internet. De acuerdo a un informe de Cisco, empresa especialista en tecnologías de la información y la comunicación, en el 2019 los peruanos manejarán un promedio de 64 millones de dispositivos conectados. Más de dos dispositivos por cada habitante. “La tecnología existe y está con nosotros”, nos dice, convencida Isabel Chirinos, una empresaria de cortinas, que hace un año ingresó al rubro tecnológico. Específicamente, en la domótica (el conjunto de sistemas que automatizan una edificación de cualquier tipo). En Casa 23, ella ofrece sistemas capaces de lograr que las casas inteligentes sean cada vez más accesibles. El protocolo que emplea es Z-Wave y, a diferencia de otros en el mercado –según dice–, cuenta con los beneficios de ser inalámbrico, programar actividades y no depender de Internet. “Z-Wave se conecta con Wi-Fi, que es una red de comunicación. La vulnerabilidad se encuentra en Internet, que es propiamente la información. La única manera de hackear una casa inteligente con Z-Wave es tener el control de mi smarthphone”, sostiene Chirinos. “Conectarme a Wi-Fi no me blinda. Nada, nada es invulnerable. Hasta el mismo Mark Zuckerberg le coloca una cinta adhesiva a la webcam de su computadora para protegerse”, replica Javier Albarracín (45), gerente general de Quantico Trends, una startup que investiga las tendencias en las redes sociales. Para Albarracín se deben tomar algunas precauciones si se quiere vivir en una casa inteligente. Primero, entender a fondo las características de cada uno de los dispositivos. De tal manera que se puedan establecer ajustes de seguridad. Contar con una red segura de Wi-Fi que utilice un router con Firewall, sistema que bloquea accesos no autorizados. Asimismo, instalar un software de seguridad, y tener contraseñas altamente complejas. Todo es vulnerable Tan raro como encontrar un celular que no tome fotos. O comprar un teléfono solo para llamar. Así avizora el futuro de las casas inteligentes Phillip Chu Joy (28), editor en jefe de Tec.com.pe. Chu Joy, geek y diseñador de videojuegos, coincide en que nada en la red es totalmente inmune a los ciberataques, pero mantiene la cautela. “Toda computadora puede ser hackeada. Pero es vivir en paranoia. Hay demasiados intereses en juego. Muchas empresas dependen de Internet y no permitirán que se lo tumben. El peligro existe pero las probabilidades disminuirán”. Play Station, el gigante de los videojuegos, reporta ataques cada dos meses. Al igual que Xbox Live. Su propio portal de Tech, donde están las últimas novedades de gadgets y apps, sufre ataques de robots. Aunque no fue el caso del reciente ciberataque, lo cierto es que en el último tiempo se ha producido un robo masivo de cuentas y contraseñas de los principales sitios de Internet. En setiembre pasado, Yahoo reconoció que en el 2014 hackearon alrededor de 500 millones de cuentas de sus usuarios, obteniendo datos como fechas de nacimiento, correos o números telefónicos. No ha sido la única que ha intentado tapar un hackeo, como se esconden los trastes bajo la alfombra. Hace tres meses, Dropbox admitió el robo de 60 millones de contraseñas. El hecho ocurrió en el 2012, tras el robo de las credenciales a uno de sus empleados. En junio, la red social MySpace hizo lo propio: le sustrajeron 360 millones de cuentas. De hecho se pusieron en venta en un foro de hackers online. MySpace no tiene el impacto de Facebook, y los riesgos no pasan por que se ingrese a los perfiles de los usuarios, sino que a partir de sus contraseñas se accedan a los correos personales y, por lo tanto, a las cuentas bancarias. “La seguridad en Internet es frágil. Es irresponsable decirle a la gente: no te preocupes. Mientras más cosas estén conectadas a Internet, la seguridad se vuelve más compleja”, indica Javier Albarracín. El panorama lo es. Según la empresa Gartnet, en el 2020 habrá 26.000 millones de aparatos inteligentes en el mundo, en su mayoría smarthphones. “No me imagino ni una semana sin Facebook. Ya casi nadie te llama por teléfono para invitarte a salir a algún lado. El grado de dependencia que hemos alcanzado es enfermizo”, agrega. La serie británica Black Mirror no mentía: la tecnología no es lo que hace escalofriante el futuro, si no lo que hacemos con ella (R.G).