Sabor amargo. Perú jugó mal y tras ir perdiendo 2-0 ante Venezuela terminó salvando un empate agónico con los tantos de Paolo Guerrero y Raúl Ruidíaz. Un punto que deja al cuadro bicolor con solo cuatro unidades en las eliminatorias., Exhalando, cuando ya muchos esperaban el último suspiro de un Perú enfermo que sufrió por tener las defensas bajas, ocurrió un milagro, de esos que solo pasan en semana santa. Un hincha en Occidente agarraba su rosario con fuerza, con los ojos cerrados solo se dejaba llevar por la bulla a su alrededor. En esa última jugada, en ese minuto 94 cuando ya algunos se paraban para irse del Estadio Nacional, sucedió lo inesperado. PUEDES VER: Colombia logró agónico triunfo por 3-2 sobre Bolivia en La Paz por Eliminatorias Rusia 2018 | VIDEO El partido parecía sentenciado, la victoria de Venezuela era merecida pero una conexión especial dejó que Perú vuelva a tener pulso. El fútbol es de momentos y eso lo entendió Ricardo Gareca recién en este partido. Metió en el complemento, cuando íbamos 2-0, a Raúl Ruidíaz y Edison Flores. Las figuras del puntero del torneo local, de un Universitario que juega a su ritmo. Una apuesta arriesgada del ‘Tigre’ que pagó con creces en ese último minuto, en esa jugada donde ‘Orejas’ centra para que la ‘Pulga’ meta la cabeza. Como en la ‘U’, ahora con la selección. No fue Pizarro el salvador, tampoco Guerrero. Ruidíaz, postergado en la fecha doble anterior a pesar de su buen momento, ahora aprovechó su oportunidad. Ese pequeño delantero fue el encargado de cambiar un partido que parecía sentenciado. Fue el coautor de la rebeldía del equipo junto a Flores. Antes, todo había sido una pesadilla. El inicio, el desarrollo y solo el final cambió. Perú padeció un primer tiempo de terror. Arrancó dormido, sin presionar en campo rival y regalando el balón a Venezuela, aunque le bastó algunos destellos individuales para causar peligro. Jefferson Farfán, el más claro a pesar de estar inactivo casi cuatro meses, no le pegó bien al balón tras un pase de Christian Cueva y a Paolo Guerrero se le notó disperso y falló las dos chances más de gol. Diario La República Dos mano a mano desperdiciados. Primero lo trabó Vizcarrondo y el otro definió mal ante la salida de Baroja. Eran los mejores momentos del equipo de Ricardo Gareca pero la ansiedad les empezó a ganar cuando los minutos corrían. Venezuela se llenó de valor y aprovechó los espacios para desequilibrar. Rómulo Otero desbordaba a Luis Advíncula y lograba faltas tácticas que fueron metiendo a Perú en su campo. Pedro Gallese se fue haciendo figura en cada intervención. Primero tapó una volea impresionante de Josef Martínez, después bloqueó un tiro cruzado de Salomón Rondón pero un penal tonto de Carlos Ascues –que ni siquiera debuta en el Wolfsburgo de Alemania pero en la bicolor es titular– nos puso contra las cuerdas. Otero pateó a un lado y Gallese voló al otro para silenciar a un Estadio Nacional donde nunca se sintió la presión del hincha. Ángel pudo dar la sentencia con un cabezazo pero las manos del golero del Aurich evitaron que la diferencia sea más amplia. Perú seguía aturdido por ese gol con forma de golpe que lo tumbó a la lona. El ‘Tigre’ Gareca apostó por jugadores que no estuvieron a la altura. Se notó la falta de ritmo de Ascues en la zaga central –falló varias veces en salida e hizo el penal–, Tapia no pudo ser el nexo entre defensa y ataque por la presión rival pero también por sus malas decisiones, mientras que en el ataque Claudio Pizarro y Guerrero se estorbaban antes de apoyarse. Después del peor primer tiempo del proceso de Gareca, las malas noticias siguieron llegando en el complemento. A los 11 minutos, el partido parecía sentenciado cuando Mikel Villanueva aprovechó la distracción defensiva en un córner –Ascues perdió la marca de nuevo– para fusilar a Gallese. Entonces el ‘Tigre’ decidió sacar a Pizarro, que no pudo ratificar el buen momento que vive en la Bundesliga, y a Farfán para apostar por Flores y Ruidíaz. Apenas entró, la ‘Pulga’ pivoteó para Guerrero que disparó con potencia más que con dirección para marcar el descuento que volvió a despertar la esperanza. En la previa, muchos pensaban que estos tres puntos estaban en el bolsillo. Ante el colero que no ha podido sumar en las cuatro fechas anteriores pero nosotros nos caracterizamos por devolver a la vida a los que parecen muertos sin una sesión de espiritismo, solo con un partido de fútbol. Pero apareció Ruidíaz cuando el señor agarraba su rosario, cuando no veía y se dejaba llevar por una voz que lo obligó a abrir los ojos. Estamos vivos, todavía hay pulso pero seguimos en cama. Al borde de la autoexclusión del proceso eliminatorio haciendo un mal partido, la ‘Pulga’ nos devolvió a la vida. Viene Uruguay. Sí, Uruguay.