Herencia surfera: padre e hijo comparten pasión por las olas

El tablista Joaquín del Castillo y su padre ‘Paco’ del Castillo ganaron la semana pasada, en Punta Hermosa, el campeonato ‘Hurley Perú Open’ en sus respectivas categorías. Joaquín es una de las mayores promesas del surf nacional y hace honor al legado de su padre., Joaquín del Castillo, 20 años, es uno de los tablistas peruanos de mayor potencial de los últimos tiempos. Fue su papá 'Paco' quien lo encaminó en los secretos de la tabla. En sus primeros años hizo todo para que él comenzara a surfear. "Me llevaba a la playa. Y como es peligroso si eres muy chiquito, se daba todo el tiempo para estar conmigo mientras practicaba". Su papá lo ayudaba a coger las olas y su hermano lo esperaba al final de la misma. Así aprendió a deslizarse sobre el agua. PUEDES VER: Piccolo Clemente se consagró campeón mundial de Longboard El papá de Joaquín, 'Paco' del Castillo, o 'Pakichay', como lo conocen los amigos, es un personaje en Punta Hermosa. Todos lo saludan y él saluda a todos. Corre tabla hace más de medio siglo y ahora su legado continúa: el pasado fin de semana ganó junto a Joaquín el campeonato 'Hurley Perú Open', que se realizó en la playa La Isla de su balneario. Él se impuso en categoría Leyendas y su hijo lo consiguió en Open. Para Joaquín, que ha ganado numerosos campeonatos en varios países, compartir podio con su padre ha hecho de ese título algo especial, sobre todo porque es la primera vez que compiten en un mismo torneo. "Campeonar junto a tu padre es increíble y más en Punta Hermosa, con nuestra familia en la orilla. Eso nos motivó a surfear mucho mejor", comenta. Él empezó a competir a los nueve años y ganó su primer campeonato nacional en playa La Pampilla, en la categoría sub 12. Desde entonces ya no se detuvo. Ha sido campeón nacional sub 16 y sub 18. Y el 2014 formó parte del equipo peruano de surf que se coronó campeón mundial por equipos en Punta Rocas, donde –dice– siempre le va bien. Ese mismo año también se coronó campeón latinoamericano junior (menores de 21 años), que ha sido su mayor logro a nivel individual. "Es un circuito de doce fechas que se corre en distintos países. Gané varias fechas pero nada estaba dicho hasta la última competencia que fue en El Salvador. Allí llegué a la ronda final contra dos brasileños y tuve la suerte de que me tocó una ola derecha, como las que corro acá y eso me hizo salir campeón", cuenta Joaquín, sentado bajo un gigantesco panel publicitario de la marca Dunkelvolk, donde él aparece, surferazo, retratado en una playa de Hawai. Historia playera 'Paco' del Castillo o 'Pakichay', de 66 años, cuenta que su bisabuelo llegó a Punta Hermosa cuando aquí no había nada. "Fue el primer poblador del balneario", afirma. Él nació cerca del mar y se hizo pescador. Y con el tiempo tablista. "Muy chiquillo empecé a correr tabla. Las primeras tablas eran muy grandes, con una sola quilla, de madera, muy pesadas", rememora. El mar ha sido su sustento, su diversión y su vida. "Tuve la suerte de nacer y vivir siempre aquí", dice. "¿Usted le enseñó a correr olas a su hijo Joaquín?", preguntamos. "Sí. Desde los cinco años Joaquín ya se subía a las tablas, era un avezado, no tenía temor al mar. Era atrevido con las olas", rememora, mientras Joaquín –el último de cinco hermanos– lo escucha sentado a un lado. Cuando le toca hablar, el joven dice que su papá y su hermano Roberto –que antes corría olas y ahora es su representante– han sido sus primeros maestros y hoy son su gran apoyo. 'Pakichay' también ha ganado varios campeonatos pero tiene en el recuerdo uno realizado en Punta Rocas, el 2008: esa vez logró el subcampeonato mundial en la categoría Grand Kahunas (mayores de 50 años), en una reñida ronda final en la que el título fue a parar a un sudafricano. El mayor recuerdo de esa competencia es que pudo demostrar su inacabable categoría frente a su familia y la gente del balneario donde nació. Sentado en una banca, en la puerta de su tienda de artículos de surf, en Punta Hermosa, 'Pakichay' muestra en la piel las huellas de toda una vida bajo el sol y frente al mar. Tiene la sonrisa franca y un montón de anécdotas que contar. Cuenta, por ejemplo, que ha surfeado con conocidos tablistas de su generación o un poco más jóvenes como Óscar Malpartida, el 'Gordo Barreda, Javier Huarcaya o 'Magoo' de la Rosa. "Los hijos de algunos de ellos también corren tabla y son buenos", dice. Amigos y mentores La buena vibra de Joaquín con su padre 'Paco' y con Roberto, su hermano mayor, se nota de inmediato. "Una de mis principales fortalezas es la gente que me rodea", dice. También recuerda a su mamá, Cecilia, que falleció hace unos meses. "Ella siempre me acompaña", agrega. Su hermano es su representante y su papá su principal consejero. Entrena en el mar todos los días con Gabriel Arámburú, hace box lunes, miércoles y viernes, y 'funcional' (ejercicios para el surf como abdominales, planchas, saltos) con el entrenador Renato Quesada. Y también lo apoyan una nutricionista y una sicóloga deportiva. Su hermano Roberto explica que en la actualidad, además del talento para el surf, los tablistas deben tener una excelente condición atlética. También comenta que las fortalezas de su hermano estriban en que es muy disciplinado y siempre tiene ganas de desarrollar su físico, siempre tiene ganas de ganar y de querer ser el mejor. "Eso sí, todo con humildad", hace la precisión. Para Joaquín la vida de un tablista puede parecer divertida y fácil, pero implica mucho sacrificio. Como todo deportista ha tenido que dejar de lado muchas fiestas y ha tenido que alejarse de su familia por largas temporadas. "En el fondo lo hago porque me gusta, soy un deportista profesional, este es mi trabajo y me divierto con él. ¿Quién no quisiera trabajar en lo que le gusta?", dice. El sacrificio viene cuando tiene que exigir a su cuerpo con los ejercicios en tierra y agua para poder responder a gran nivel en las competencias. "¿Qué tiene Punta Hermosa que es un semillero de buenos surfistas?", le preguntaron hace un tiempo a Joaquín. "Punta Hermosa tiene dos kilómetros de buenas olas. Puedes correr olas muy pequeñas, como olas medianas u olas gigantes. Hay una que llega hasta los siete metros. Yo creo que te foguea para las playas de todo el mundo", respondió. Circuito mundial Él ha corrido en playas de varios países y ha visto las que considera las mejores olas del mundo: la Pipeline de Hawai y la Puerto Escondido en México. El campeonato ganado la semana pasada en Punta Rocas junto a su padre ha sido el inicio de la temporada 2016 para él. El viernes pasado partió con dirección a su primer destino este año: Tahití. Allá participará en dos fechas del World Qualifying Series (WQS), que es la segunda división del surf mundial. Volverá al Perú el 20 de marzo y de inmediato partirá a Argentina para otra fecha del circuito. Este año va a participar en quince fechas del WQS. "Casi ni voy a estar en Perú", dice. Para fines de 2016 espera estar entre los 100 primeros del circuito y buscar un cupo para los clasificatorios de la primera división, que es donde está la élite de los surfistas mundiales.Ese es su principal objetivo. Hace unos días llegamos hasta Punta Hermosa para conversar con él y con su padre. Las fotos las hicimos en la playa y allí, como era de esperar, medio mundo los saludó y les hizo bromas desde lejos. Le preguntamos a 'Paco' cómo se siente por las muchas entrevistas que ha dado junto a su hijo en estos días. "Lo mejor para mí es acompañar su sueño de ascender en la liga mundial", dice. Mientras cae el sol en la playa, ambos ponen sus tablas en la arena y posan como viejos amigos surferos. Las olas llegan y se desvanecen a sus pies.