La reducción de las emisiones de CO2 es la clave para regular el impacto del efecto invernadero que se ha convertido en una amenaza para el planeta.,El “efecto invernadero” es la capacidad de la atmósfera para retener en la Tierra el calor proveniente del Sol. Se trata de un fenómeno natural que permite que el planeta mantenga una temperatura constante y que hace posible el desarrollo de la vida. Sin embargo, en la actualidad, el efecto invernadero está experimentando un preocupante desequilibrio, el cual causa que la temperatura de la Tierra se incremente fuera de los parámetros normales y dé lugar a lo que se conoce como “calentamiento global” y “cambio climático”. El gas de efecto invernadero que más incide sobre el calentamiento de la atmósfera es el dióxido de carbono (CO2). Este es un gas natural que, debido a la quema de combustibles fósiles, la industrialización y la deforestación, se ha concentrado de manera excesiva en las últimas décadas. Por ello, la comunidad internacional está alerta y ha hecho un llamado a todos los gobiernos del mundo para reducir las emisiones de CO2 y con ello mitigar los efectos negativos del calentamiento global. Tal demanda ha quedado plasmada, por ejemplo, en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y en diversos acuerdos internacionales. En el Perú, uno de los factores que más está contribuyendo a encaminarnos hacia este objetivo es la progresiva masificación del uso de gas natural, que es una fuente de energía más amigable y limpia que las tradicionalmente empleadas, y viene sustituyendo con éxito el uso de otros combustibles fósiles. Gracias al uso del gas natural que se produce en el complejo de Camisea (Cusco), las emisiones de CO2 en nuestro país han disminuido sustantivamente. Se estima que esta reducción, entre el 2004 y el 2015, ha superado los 36 millones de toneladas métricas de CO2, lo que equivale a plantar unas 79 mil hectáreas de bosques para capturar emisiones de CO2 por unos 50 años o a que todos los peruanos pasemos 6 años sin salir de casa. Dado que la demanda de energía para la industria y las actividades cotidianas de la población seguirá en aumento (se estima que crecerá en 30% hacia el 2040), es muy importante seguir impulsando el uso de fuentes de energía de este tipo y de otras que, además de ser limpias, son económicas, abundantes y de alta eficiencia energética. De esta manera, podemos contribuir a reducir el impacto de la actividad humana en el medio ambiente. Más información en www.elalmadecamisea.com [Contenido Patrocinado]