El teatro peruano enfrenta nuevo escenario
Difícil panorama. Algunas salas con menor aforo continúan sus temporadas y otras tuvieron que cerrar por las medidas para evitar la propagación del COVID-19.
El jueves se cancelaron (o postergaron) decenas de espectáculos que superaban el aforo de 300 personas. Esto por la medida de prevención que anunció el presidente Martín Vizcarra. Más allá de los conciertos, el teatro local ha sido lo más golpeado. “El golpe ya está. Es fatal, es una cosa bien grave porque la inversión de los teatros es bastante -y pocas veces se recupera- y cuando se cancela es bien difícil posponer porque hay gente que está en otros compromisos para esas fechas. Probablemente haya un montón de pérdidas económicas. Es una actividad que de plano está ya deprimida de por sí”, nos dice el dramaturgo Eduardo Adrianzén de ‘La eternidad en sus ojos’, entre otras.
Los Productores anunciaron ayer que suspenden las actividades en el Teatro Pirandello y tienen pendiente el reestreno de Toc*Toc, su obra más vista. Por su lado, el Teatro Marsano informó que continuará con la temporada de ‘Buenos vecinos’, pero que reducirá el aforo a 250 butacas y que tomarán medidas de “desinfección para que siga siendo un lugar seguro”. La producción liderada por Osvaldo Cattone tuvo reuniones antes de anunciar las medidas. “Él es de la vieja guardia y dice que no se debe cerrar”, sostuvo la productora Makhy Arana.
Sin embargo, recibieron algunas críticas en redes sociales. Lo que no han confirmado es si estrenarán del mismo modo ‘El rey se muere’, protagonizada por Cattone, cuyas entradas ya están en venta. “Eso se verá a futuro, los ensayos siguen”.
La burocracia, la dificultad para conseguir permisos, explicaría por qué las salas más grandes estarían tratando de abrir con el aforo límite legal. “Yo entiendo eso. En términos legales, si está menos del aforo, no estas cometiendo falta alguna. Por otro lado, la gente no es que se va a quedar encerrada en su casa todo el tiempo. Tal vez baje la afluencia, pero es una manera de resistir”, dice Adrianzén.
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Quizá, a nivel de escenarios teatrales, las propuestas estarán más en salas pequeñas o escenarios alternativos (sigue la programación de Microteatro, en Yestoquelotro, Teatro de Lucía, entre otros) en lo que queda de marzo y en abril. Aunque espacios reconocidos, como el Club de Teatro de Lima, tuvieron que suspender sus actividades. “El teatro independiente que espera poco público puede continuar en la medida que tampoco implique gran costo y la pérdida sería, en todo caso, menos terrible, porque en otros la expectativa es grande”.
Y es que la forma de hacer teatro en Perú es muy diferente entre grupos teatrales, salas familiares e institucionales. Algunas dependen solamente de la venta de entradas, otras de los auspicios y el presupuesto de inversión previa que le dio una institución. “Yo creo que hay muchos abismos, expectativas. Diría que hay una escalera que parece chica y que es más amplia de lo que la gente cree. Si un chico de teatro alternativo espera ganar 100 y gana 50, seguro lo seguirá haciendo, pero un actor que espera ganar mil soles semanales en un teatro caro y gana 100, no lo va a hacer”. (E.B)
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