Arqueólogos localizan el último refugio de una comunidad olvidada durante 300 años en México

Un grupo de arqueólogos descubrió en México los vestigios de una antigua comunidad maya cerca de los ríos Jataté e Ixcán, identificada como el último bastión de los lacandones, conocidos en lengua ch'olti' por su resistencia a la colonización española durante más de cien años. Se trata de Sak-Bahlán, actualmente reconocida como Nuestra Señora de los Dolores, ubicada dentro de la Reserva de la Biosfera Montes Azules.

Gracias al Sistema de Información Geográfica (SIG), el arqueólogo Josuhé Lozada, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se pudo identificar la importante ubicación del asentamiento may ofreciendo una nueva perspectiva del periodo virreinal.

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Refugios de comunidades en la era Maya

Durante la época prehispánica, la región de Chiapas fue hogar de comunidades mayas que destacaron durante la conquista española. Estos pueblos, conocidos como lacandones, eran expertos en geografía y conocían el terreno para esconderse. Sak-Bahlán es considerado uno de los últimos reductos tras la caída de grandes ciudades como Lacam-Tún.

Los lacandones dependían de su entorno natural para sobrevivir, a base de la construcción de asentamientos en lugares estratégicos de difícil acceso para los colonizadores. Sak-Bahlán logró, con la ayuda de modelos predictivos en arqueología y las Tecnologías SIG, reconfigurar la historia de los mayas en esta región de América Latina.

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¿Quiénes frecuentaban el reducto?

En Sak-Bahlán vivieron los lacandones ch'olti'es, comunidad independientes durante más de 100 años hasta que su capital, Lacam-Tún, cayó en 1586. Años más tarde, fue observada por los colonizadores cuando Pedro de la Concepción documentó la existencia del asentamiento en sus escritos.

Los lacandones ch'olti'es usaban su conocimiento para moverse entre las montañas. Los ríos Jataté e Ixcán hicieron que la región se desplazara, incluso lejos de las colonias, manteniéndose aislados.

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Historia de los lacandones

Los lacandones cuentan con origen en Chiapas, un pueblo maya que fue independiente hasta que fue invadido por España. Su resistencia fue prolongada hasta después de la caída de Lacam-Tún, ciudad que fue tomada en 1586. La resistencia maya se cimentó en su adaptación a la jungla, una condición ideal para la supervivencia.

La comunidad lacandona vivió en el olvido hasta el siglo XXI, cuando un equipo de arqueólogos, bajo la dirección del investigador Josuhé Lozada, logró redescubrirla. El proyecto arqueológico Sak-Bahlán continúa trabajando para revelar los secretos de este sitio histórico.

El descubrimiento de Sak-Bahlán avanza de forma significativa en la arqueología maya; además, permite reescribir la historia de los pueblos mayas de Chiapas, resaltando su resistencia frente a la colonización. La tecnología del Sistema de Información Geográfica permitió que los investigadores realizaran este descubrimiento.