Entrevista. Hernando de soto. Economista y asesor de Keiko Fujimori., Hernando de Soto se enfrenta a la contundencia de un adobo. La semana pasada el economista, colaborador de Keiko Fujimori, llegó a Arequipa. No sólo vino a devorar el humeante platillo volcánico, sino también a presentar el borrador de su libro, "Formalizar para crecer y vivir seguros". PUEDES VER: El factor de la derrota del fujimorismo fue Joaquín Ramírez No es normal presentar una publicación inconclusa. De Soto hace la excepción, quiere capitalizar el fragor de la campaña para promocionar una obra en ciernes y de paso promover a Keiko Fujimori, quien, a la luz de los resultados, perdió la elección y no podrá aplicar las ideas del autor. El futuro libro habla de la formalización para derrotar el terrorismo y la extrema pobreza y lo dedica a Pedro Pablo Kuczynski, a quien sutilmente se le recrimina haberse marchado del país en la época del terrorismo. El mismo argumento esgrimido por la excandidata de Fuerza Popular. ¿Este libro es una continuación de El otro sendero? Ese libro salió entre los años 86 y 87. El muro de Berlín cayó en el 89. La nueva coyuntura obligaba al Perú a apostar por un régimen de occidente. La pregunta era si eso aceleraría las reformas y si la globalización absorbería al sector informal. Y no fue así. ¿Por qué? Occidente creyó que solo había que ganarle al comunismo y con la economía de mercado todo crecería en forma automática. Olvidaron que antes de llegar a la economía de mercado hubo de 200 a 300 años de guerras sobre quién era dueño de qué. Y luego parecía que el capitalismo crecía bajo una campana de vidrio, no se expandía. Por eso surge Marx en el siglo XIX y augura su fin, por la desigualdad que creaba, y la nueva síntesis sería el comunismo. Por eso Rusia irrumpe y gobierna casi la mitad del mundo durante medio siglo. Cuando Occidente desarma el comunismo se olvida de esto. Nadie se fijó quién tenía qué y cuánto y cómo se evitaba la concentración de poder económico. En el mundo hay siete mil millones de personas, de las cuales son formales dos mil. Gran cantidad del mundo es informal. De los formales, mil son europeos y norteamericanos y los otros mil restantes son las élites de los países en desarrollo, como Perú. ¿El narcotráfico y delincuencia son fruto de la informalidad? Sí, claro. La formalidad no es otra cosa que la ley. En el noventa no habían carteles en el Perú. En la cadena del narcotráfico éramos el proletariado que suministraba la hoja de coca a los carteles que estaban en Colombia. Luego éstos fueron destruidos. México se potenció y los carteles ya están en Perú. La política peruana no quiere meterse a reprimir como ocurrió en Colombia. ¿Hay infiltración del narcotráfico en la política? No hay una guerra como la colombiana o mexicana que produce un mundo de sicarios porque estamos dejando pasar. Acá tenemos la idea que un ejército público mal pagado no puede derrotar a uno privado bien pagado. Pero (los narcos) cobraron poder que deteriora todo y comenzó a representarse en el sector informal. El banquero de estas pequeñas empresas es narcotraficante. Imagínese si el narcotráfico agarra una base popular amplia. Para muchos, Fuerza Popular, al que usted asesora, no tiene las credenciales para enfrentar el narcotráfico. Joaquín Ramírez es investigado por la DEA y 10 congresistas por lavado de activos. Cuando surgieron estas noticias a mí no me gustó nada. Cuando luché contra la droga y Sendero, en los noventa, accedí a archivos de la Dea y la infiltración en los partidos políticos es fuerte. El productor de droga cultiva en un valle inaccesible para evitar a la policía. Luego, para trasladarla y exportarla por los puertos, compra al poder político. ¿Y si Fuerza Popular hubiese llegado al poder se hubiese instaurado un narcoestado? Si Pedro Pablo Kuczynski es elegido presidente se dará cuenta que ya estamos en un narcoestado. El negocio de éstos es producir lejos y cruzar al Estado y no pueden coimear a un partido, sino a todos o infiltrarlos. Todos (los políticos) están en una guerra en la cual improvisan acusaciones casi en el orden de dos por día. Apuntan a titulares y no hay un análisis. El enemigo público Nro 1 no es Sendero si no entran a través de la paralización de minas o el narcotráfico. ¿Y por qué asesorar a una agrupación con presuntos vínculos con narcos? Trato de tomar una perspectiva de larga distancia, tomar el toro por las astas, y lo que veo al conversar con el general Marco Miyashiro u otra gente que no tiene otra mancha es una cultura de saber cómo enfrentar esto. En cambio en PPK hay inexperiencia. ¿Y Fuerza Popular tiene experiencia? Sí, porque me contrató a mí y a Miyashiro. La manera de saber dónde está el narcotraficante es por la titulación, conociendo de qué es dueño. Keiko nunca le preguntó a Ramírez de dónde salía su fortuna. Esto se parece a lo de Vladimiro Montesinos, cuyas evidencias se conocían antes y Fujimori nunca le quitó la confianza. Si usted revisa las encuestas del poder en el noventa, el hombre más poderoso del Perú era Fujimori, luego yo por todas las reformas económicas. Montesinos venía más atrás. Hubo un momento de discordia fuerte con él. Cuando yo renuncio fui el primero en denunciar el narcotráfico en el Estado. Lo dice El Comercio, yo le dije a Fujimori que lo tenía que botar, pero pierdo la batalla. Fujimori no quería creerlo porque Montesinos le resolvía problemas. ¿No había una complicidad entre ellos? Yo era amigo del jefe de la DEA, Benet. Tengo acceso a la información gruesa, eso me confirma que los narcos han estado en todos los gobiernos… La idea es cómo salimos de esto. ¿Usted es asesor de dictaduras, como dijo PPK? No asesoré a Gadafi, sino al hijo, quien hizo una propuesta para llevar adelante un plan de formalización en Libia. Eso fue fruto de la convocatoria de Michael Porter. En el equipo estaba Tony Blair, Francis Fukuyama, entre otros, incluso quienes se levantaron contra Gadafi. Hay dos tipos de asesores, yo puedo entrar a asesorar a una parte del gobierno que se quiere reformar o soy Favre, que lo asesoro para que se quede en el poder. No soy de lo segundo, sino de los primeros. PPK, que trabajó en el Banco Mundial viendo el tema de transgénicos, ¿trabajó para 38 dictaduras? Es una calumnia. Entonces el papa fue a Cuba a ayudar a dos dictadores. ,