Ha dicho Pedro Pablo Kuczynski que “es peligroso devaluar demasiado si el sector privado tiene importantes deudas corporativas en dólares, que equivalen más o menos al 18% del PBI” (Caretas, 7 de enero). Dejemos para más adelante las implicancias de esta afirmación y veamos de cerca las cifras y los actores. Según el BCR, la deuda externa privada de largo plazo (DEPLP) a septiembre del 2015 fue US$ 38,511 millones. Como el PBI del Perú está en US$ 210,000 millones, la DEPLP equivale al 18%, como dice PPK. Y se divide en dos actores: el bancario, con US$ 12,151 millones y el corporativo (empresas privadas), con US$ 26,360 millones, duplicando al sector bancario. A su vez, esta deuda se divide en emisión de bonos en los mercados del exterior y en préstamos con los bancos internacionales. Si bien la deuda en préstamos (US$ 24,243 millones) supera a la deuda en bonos (US$ 14,267 millones), esta última ha venido aumentando fuerte en los últimos años. Dice el BCR en sus Memorias que el banco # 1 en emisión de bonos en el exterior del 2011 al 2014, es el Banco de Crédito , con US$ 3,175 millones. Le siguen el BBVA, Interbank y Scotiabank con US$ 1,600, 1085 y 400 millones. Después vienen la estatal COFIDE y MiVivienda, con US$ 1,100 y 1,079 millones. Una pena: el BCR no desagrega los préstamos tomados por los bancos: US$ 9,038 millones. Ahora las empresas: el stock de préstamos es US$ 15,205 millones (tampoco está desagregado). Pero el stock de bonos emitidos sí está desagregado y es US$ 11,154 millones. El Grupo Lindley emitió US$ 320 millones en el 2011. En el 2012, Volcan fue el # 1 con US$ 600 millones, seguido de Ajecorp (Añaños), Coazúcar (Grupo Gloria) y Maestro con US$ 450, 325 y 200 millones, respectivamente. También Terminales de Paita con US$ 110 mills y Camposol (Grupo Dyer) con US$ 125 millones. En el 2013 la emisión aumentó fuerte, siendo la # 1 Transportadora de Gas del Perú (US$ 850 millones), seguida de Alicorp (Grupo Romero) y Transmantaro, ambas con US$ 450 millones. Más atrás Milpo, Gas Natural de Lima y Callao, Cementos Pacasmayo (Grupo Hochschild), Ferreycorp y la pesquera Exalmar, con US$ 350, 320, 300, 300 y 200 millones, respectivamente. En el 2014 están Unión Andina de Cementos y Rutas de Lima, con US$ 625 y 520 millones, seguidos de Minsur (Grupo Brescia), Abengoa y Minera Ares (Hochschild), con US$ 450, 432 y 350 millones. Otros fueron Energía Eólica (US$ 204 millones) y Camposol (US$ 75 millones). Mención aparte para Southern (SCC, Familia Larrea, México), con bonos por US$ 4,500 millones, cifra enorme que sesga toda la muestra. La DEPLP supera largamente a la pública –antes era al revés–: al III Trimestre del 2015, la deuda externa pública fue 13.3% del PBI, frente al 18% de la DEPLP, ya señalada. Segundo, no estamos tocando los grandes montos de la deuda de las empresas en el mercado nacional, tanto en soles como en dólares. Un estudio de la calificadora Fitch, julio 2015, analiza la diferencia entre empresas familiares (EF) y no familiares (ENF) con bonos en el exterior (1). Dice que las ENF se inclinan más hacia el sector eléctrico y energético, mientras las EF se concentran en empresas mineras y de bienes de consumo, mercados más volátiles. Agrega que las EF y las ENF “han tenido un crecimiento tremendo en su deuda en bonos en los últimos 6 años. El crecimiento promedio de las EF fue del 208% y del 256% para las ENF”. Además, de las 22 calificadas por Fitch “13 fueron EF por un total de US$ 4,700 millones, el 60% del total. El 46% de estas emisiones tiene grado de inversión y el 56% restante es de “alto rendimiento” (el riesgo es mayor). Este crecimiento no se explica solo por el aumento del tamaño y la mejora administrativa y financiera de las empresas: han tenido gran importancia las bajas tasas de interés desde el 2008 del “Fed” de EEUU para enfrentar la “gran recesión”. Pero desde diciembre ya comenzó el alza de las tasas. Las cosas van a ser distintas, ya que los capitales están regresando a EEUU. A esto se agrega que la caída de las materias primas ha disminuido el ingreso de divisas lo que presiona a la devaluación del sol. Si a este cóctel se le suma el menor crecimiento de los últimos dos años (menores ventas de las empresas), estamos en una situación muy difícil, sobre todo, para quienes tienen deudas en los mercados externos. Lo reseñado tiene que ver con la lógica de las empresas y los mercados. Cada cual toma sus decisiones, que implican riesgos, y deben atenerse a las consecuencias. Lo que no puede aceptarse es que las políticas monetarias y cambiarias se hagan “pensando” en las deudas de estas empresas. No, pues. Dice Óscar Dancourt, ex presidente interino del BCR que, a pesar del notable enfriamiento de la economía, el BCR subió la tasa de interés y vendió la mitad de sus reservas (US$ 25,000 millones) para moderar el alza del tipo de cambio: “de esta manera, el BCR puso los intereses de los grandes deudores en moneda extranjera por encima de los intereses de la economía nacional y se embarcó en un curso de política insostenible, si el choque externo adverso es persistente, ya que las reservas de divisas no serán suficientes”(2). Esta discusión es muy seria porque la coyuntura lleva a una devaluación mayor, como en los países vecinos. De ello se benefician las exportaciones no tradicionales por US$ 11,000 millones, que generan empleo y valor agregado y han caído mucho menos que las Xs tradicionales. Seguir “quemando” dólares no es buena política. Menos aún si “no se devalúa demasiado” para salvar a las empresas endeudadas afuera, como propone PPK. Ello debilita la economía nacional y pone en riesgo cualquier reactivación futura. Lo que sí queda claro es que los lobbies viven y colean. ¿No es cierto? (1) “Empresas peruanas de propiedad de familias: Todo queda en la familia”, https://www.fitchratings.com/site/fitch-home/pressrelease?id=987723 (2) La situación macroeconómica actual, Revista Argumentos, IEP, enero 2015. .