Enseñanzas de los Juegos Bolivarianos de Valledupar

Por Renzo Manyari, presidente del Comité Olímpico Peruano

Nuestros deportistas dieron un magnífico ejemplo de resiliencia luego del largo paréntesis por la pandemia Covid-19. Ellos emergieron con fuerza en las competiciones del circuito olímpico y de las federaciones internacionales.

El resonante doble triunfo de la marchista Kimberly García en el Mundial de Atletismo de Oregon y el subcampeonato de la karateca Alexandra Grande en el Mundial de Birmingham traspasan las fronteras de sus disciplinas.

Los recientes Juegos Bolivarianos de Valledupar también dejaron números en azul por el rendimiento homogéneo de los atletas y la eficiencia alcanzada en comparación con ediciones anteriores. Con menos deportistas que en los Bolivarianos de Santa Marta (2017) y Trujillo (2013) Perú alcanzó un memorable mejor rendimiento individual y colectivo.

La delegación que viajó a Valledupar fue la más efectiva, considerando que asistió con 77 deportistas menos con respecto a Santa Marta y 380 con relación a Trujillo. Pese a ello logró una mayor efectividad en obtención de medallas: 34.86 %. En Santa Marta fue de 31.24 % y en Trujillo 28.39 %.

Esto también indica que las Federaciones Deportivas Nacionales fueron precisas en sus análisis; y que sus comandos técnicos mejoraron notablemente en la proyección.

Debido a la falta de presupuesto no se pudo viajar con el 100% de los atletas programados. Si nos acercábamos a esa cifra resulta fácil deducir que los resultados hubiesen sido muy superiores, puesto que en algunas modalidades no fueron atletas con buen nivel de preparación y opciones reales de preseas.

Las cifras frías señalan que debemos reforzar la preparación de los deportes colectivos. Aunque obtuvimos varias medallas, aún no están al mismo nivel de los deportes individuales.

Desde ya el COP realiza las coordinaciones necesarias para colaborar con decisión y revertir esta situación en el mediano plazo.

En temas específicos, los deportes más destacados fueron natación, atletismo, bádminton, tiro, judo y gimnasia. Entre todos ellos se obtuvo la mayor cantidad de medallas de oro de manera individual: 26 medallas de las 33 de oro que alcanzo el país (casi el 80 %).

Entre las disciplinas con meritoria actuación figuran -entre otros- vela que ganó ocho medallas: dos de oro, tres de plata y tres de bronce. Levantamiento de pesas con nueve medallas: dos de plata y siete de bronce.  Esquí acuático con siete preseas: una de oro, dos de plata y cuatro bronces. Lucha con seis medallas: tres de plata y tres de bronce. Remo, tae kwondo, squash también dieron pelea y sumaron en el medallero.

La halterofilia amerita una anotación adicional, toda vez que a nivel Bolivariano ya compite y obtiene buenos resultados ante Ecuador, Venezuela y Colombia. Esos países cuentan con medallistas mundiales y olímpicos en las divisiones de peso corporal donde alternan los peruanos. Una medalla en levantamiento de pesas a nivel bolivariano automáticamente nos posiciona entre los cinco o seis mejores del mundo en mayores según la división y categoría. Por tanto, su proyección olímpica resulta bastante interesante con miras a Los Ángeles 2028.

Por eso podemos afirmar que la actuación de Perú fue digna en los Juegos Bolivarianos Valledupar 2022. Se demostró que se avanza como país y que los procesos que están encaminados a la clasificación y obtención de medallas tanto en los Juegos Panamericanos Santiago 2023 como en los Juegos Olímpicos París 2024 marchan sobre bases sólidas.

El COP y las federaciones deportivas nacionales harán su mayor esfuerzo para elevar el nivel de los deportistas. Confiamos en que el Ejecutivo, el Congreso y los gobiernos locales continúen apoyando las iniciativas que apuntan hacia esa meta desde la identificación de talentos hasta la alta competencia.