No, la posible vacuna contra la COVID-19 no es “nociva”, ni es parte de un “plan de control”

No, la posible vacuna contra la COVID-19 no es “nociva”, ni es parte de un “plan de control”

Un post de Facebook aseguraba que el mundo se preparaba para una “vacunación masiva”, la cual no era confiable, sino que era parte de un “plan genocida”.

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La vacuna para prevenir la COVID-19 todavía no es una realidad, pero algunos usuarios ya la califican como “parte de un plan de control de la población mundial”.

“Esta vacuna no es ningún medio de protección, ni digno de tenerle confianza, es todo lo contrario, es otro plan genocida para (...) el control de la masa global”, decía una publicación de Facebook del 20 de agosto, la cual fue vista más de 70.000 veces en las últimas 24 horas.

Post sobre "la vacuna" es del 20 de agosto. Captura: Facebook.

Post sobre "la vacuna" es del 20 de agosto. Captura: Facebook.

PUEDES VER El post sobre cómo evitar una recaída de COVID-19 contiene información falsa

El usuario se basaba en las supuestas “alertas” dadas por otros profesionales de la salud. “La doctora Charrie Madej reafirma que las vacunas contra la COVID-19 modifican el genoma humano” (1), “Bill Gates admite que su vacuna contra la COVID-19 cambiará nuestro ADN humano” (2) y el médico Rashid Buttar “desmiente” la pandemia (3), indicaba el post.

Aunque hay varios desarrollos de posibles vacunas para prevenir el contagio por nuevo coronavirus, hasta agosto del 2020 ninguna ha finalizado la fase 3. Es decir, no es posible hablar de “la vacuna contra la COVID-19” porque las candidatas aún siguen en ensayos clínicos.

Sí hay avances importantes. Por ejemplo, Sputnik V, la vacuna candidata de Rusia, hecha con dos vectores de adenovirus, ya culminó las primeras dos fases en agosto, de acuerdo a su página oficial. Además, el 27 de julio, la posible vacuna de Moderna inició la fase 3. La fecha estimada de finalización es en octubre del 2022.

Es falso que las vacunas contra la COVID-19 “modifican el genoma humano”

Afirmación de Madej carece de sustento. Fuente: Captura. Intervención: LR.

Afirmación de Madej carece de sustento. Fuente: Captura. Intervención: LR.

Son, aproximadamente 25 candidatas a vacuna las que oficialmente se están desarrollando en diversos laboratorios del mundo, según el reporte de agosto del 2020 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de generar inmunidad contra la COVID-19. De ellas, unas seis ya están en fase 3.

DesarrolladorPaísTipo de vacunaRegistro de fase 3
Universidad de Oxford/ AstraZenecaReino UnidoVector viral no replicativohttps://url2.cl/UDnXP
Sinovac BiotechChinaVirus inactivohttps://url2.cl/cUpg2
Sinopharm/ Instituto de WuhanChinaVirus inactivohttps://url2.cl/GJAFR
Sinopharm/ Instituto de BeijinChinaVirus inactivohttps://url2.cl/GJAFR
Moderna/ NIAID (NIH)Estados UnidosARNhttps://url2.cl/qzQ77
BioNTech/ Pfizer/ Fosun PharmaAlemania/ Estados UnidosARNhttps://url2.cl/r6Dk1

Fuente: OMS/ Ojo Público

En el caso de la alemana BioNTech y la estadounidense Moderna, de tipo ARN, ambas “inoculan fragmentos de ARN” en el organismo. La finalidad es que puedan producir la proteína S del coronovirus y, así, desencadenar una respuesta inmunitaria: la generación de anticuerpos, según La Vanguardia.

“El ARN que se utiliza está modificado para que funcione a nivel citoplasmático. No para que sea transportado al núcleo donde está nuestro ADN”, aclaró el doctor en Inmunología comparada Juan More Bayona a Verificador. En ese sentido, dijo que “no había evidencia” de que sucediese eso con las vacunas.

“La modificación genética implicaría la inserción deliberada de ADN extraño en el núcleo de una célula humana, y las vacunas simplemente no hacen eso”, dijo Mark Lynas, miembro visitante del grupo Alliance for Science de la Universidad de Cornell, a Reuters. Él explicó a la agencia de noticias que las vacunas “entrenan” al sistema inmunológico para que este pueda reconocer un agente infeccioso.

Ninguna de ellas alterará el ADN humano”, de acuerdo a la verificación de la BBC. “No contienen tecnología para conectar a las personas con una interfaz de inteligencia artificial”, sostuvo.

La vacuna de Oxford está hecha “a partir de un virus genéticamente modificado que causa el resfriado común en los chimpancés”, de acuerdo a la BBC. En los primeros ensayos no se vieron reacciones adversas.

Por otro lado, el tipo de vacunas de virus inactivo ya es bastante conocido en el mundo. De acuerdo a Vaccine.gob, se utiliza para prevenir la Poliomielitis (IPV) y la Hepatitis A.

Una desacreditación más extensa de este bulo la hicimos en el artículo: “Es falso que las vacunas candidatas contra la COVID-19 modifican el genoma humano”.

La segunda afirmación del post de Facebook se basa en una tergiversación del video de Bill Gates que expusimos en esta nota. Y la tercera, sobre el médico Rashid Buttar, la desmentimos en junio de este año. En resumen, dijo que “Italia había descubierto que los protocolos de la Organización Mundial de la Salud estaban mal”, un bulo que ya expusimos en abril, dos veces en mayo y en junio.

Conclusión

El ARN no puede modificar nuestro ADN porque es químicamente diferente. Además, la vacuna tipo ARN está diseñada para que funcione en el citoplasma de la célula, no en el núcleo, que es donde se encuentra el ADN. Las vacunas no actúan para modificar nuestro genoma, sino para provocar la respuesta del sistema inmunológico. Por lo tanto, calificamos esta publicación como falsa.

*Si desea saber si una publicación en las redes sociales es cierta o falsa, puede pedir a La República que compruebe la información. Envíe su solicitud al apartado Contacto o escríbanos a nuestro WhatsApp (+51 997 883 271).

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